❝ Soy un tonto por ti, Jungkook.❞
Kim Taehyung era el típico chico malo, popular y arrogante. Sin embargo, todo lo que conformaba ser él, se fue rodando por el borde del abismo al ver por primera vez al chico nuevo, el recién transferido de Busan y...
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El sábado había llegado demasiado rápido para el gusto de Taehyung. Bueno, no es como si hubiera estado ansioso durante la espera, no claro que no. Quizás era más por los nervios anticipados que sabía que tendría justamente cuando lo vea en la tarde.
Lo único que sinceramente Taehyung esperaba es que no se comportara tan tonto como suele ser cada vez que está cerca de Jungkook.
— ¡Hey, bro! Creí que ya no vendrías. — habló Hoseok con el entusiasmo que lo caracteriza.
El castaño detuvo su motocicleta en la playa de estacionamiento fuera del gran centro comercial. Bajó y se acercó a su mejor amigo que yacía recostado en una columna.
—Hola, Seok.— ambos chocaron sus manos e hicieron puño en forma de saludo. — ¿Jungkook aún no ha llegado?
— Jungkook y Jimin dirás. — reafirmó con una sonrisa burlona.
— Sí, sí, ellos. —quiso hacerse el desinteresado, pero nadie sabía que su corazón latía tan fuerte como si le fuera a salir del pecho.
— Pues, Jimin me acaba de escribir diciendo que tardarían un poco. Ya sabes, Jungkook no puede salir con facilidad del edificio.
— ¿Edificio?
— Donde actualmente se queda a vivir. —explicó con calma. — El edificio tiene varios apartamentos que son exclusivamente para los becados y algunos estudiantes que quieren alquilarla para mayor facilidad de ir a la universidad.
— Entiendo. — bien esa era una gran información que necesitaba guardarla en su cerebro.
— Oh. ¡Aquí vienen! — dijo con una gran sonrisa sincera. Taehyung que estaba de espaldas tuvo que girar con levedad su cuerpo. Ok, quizás no fue una buena idea.
¿Cómo iba a dejar de mirarlo ahora?
Hoseok se fijó rápidamente en su amigo y apretó los labios para no reír estruendosamente. Prometió que para la próxima traería un gran balde por si a Taehyung se le diera por babear. Uno nunca sabe y más vale ser precavido.
— Cierra la boca o entrarán moscas. — le susurró burlón.
El castaño cayó en cuenta de las palabras de Hoseoky sacudió levemente la cabeza.
"Vamos, concéntrate"
Aún faltaban algunos metros para que Jimin y Jungkook se acercaran a ellos, pero mientras más centímetros se reducían, más se aceleraba el pulso de Taehyung.
Jeon Jungkook se veía precioso, corrección, mucho más de lo que el castaño creía posible. Su cabellera negra estaba escasamente rizada y gracias a la presencia de la luz del sol, tenía un brillo especial. Su rostro, que para Taehyung era totalmente el de un ángel; tenía leve maquillaje, realzando su belleza natural. Llevaba unos aros largos en sus pequeñas orejas que le daban aquel toque delicado y perfecto.
