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Seulgi

Puse mis manos encima a Joohyun en medio del restaurante podría haber sido la cosa más estúpida que he hecho. Pero decirle que dejara de decir cosas malas sobre ella era mucho, mucho más traicionero.

Se suponía que sólo era una cita. No una novia. No una relación. Una cita. Sin ataduras. Sin juegos.

Ni siquiera había planeado meterme con ella.

Y sin embargo, aquí estaba, mi zona v ardiendo y presionando contra su muslo, mi familia entera a poca distancia. Y no era mi excitación el problema, aunque ciertamente era incómoda e inconveniente dadas las
circunstancias actuales. El problema era que me sentía protectora con ella. El problema era que cuando ella se llamaba a sí misma tiempo compartido, me cortaba. Y cuando yo
decía algo que hería sus sentimientos, me sentía como una mierda. Me sentí apenada.

Así que. Jodido. Inconveniente. Los sentimientos eran para los débiles, o para los que no conocían nada mejor. Y esa no era yo.

Tal vez sea porque estoy cerca de mi familia y estoy inquieta, reflexioné. Pero eso no lo hacía mejor, ni más seguro.

Aun así, la atraje hacia mí y casi la besé, allí mismo. Podía sentir su cuerpo a través de su vestido, caliente al tacto. Pero me detuve. No necesitaba dar a Daniel y Ennik cualquier munición contra nosotros.

—Hagamos esto—, dije con fuerza. Joohyun exhaló con fuerza, y no pude evitar sonreírle. Me sentía exactamente igual; es decir, si ella se sentía a la vez frustrada por no acercarse y aliviada de que por fin estuviéramos separados.

La tomé de la mano y me dirigí a mi hermano, agarrando dos vasos de
vino de un camarero que pasaba. Probablemente íbamos a emborracharnos, pero supongo que estaba bien. Dada la curiosa y gélida mirada que Ennik le dirigía a Joohyun, íbamos a necesitarlo.

—Ahí está—, dijo Daniel. Me atrajo para un rápido y fuerte abrazo.

—Madrina, presentándose al servicio—, dije.

Daniel me dio una palmada en el hombro y nos sonrió. —Mi hermana mayor. Ha pasado demasiado tiempo.

—Lo sé—, dije. Casi me sentí mal. —He estado...

—Abrumada por el trabajo—, terminó   Daniel por mí. —Todos hemos estado abrumados en trabajo. Todavía podrías hacer algo de tiempo para venir a casa y ver a la gente pequeña
a veces.

Se volvió y sonrió a Joohyun y Ennik. Era más joven que yo, pero más alto por unos cinco centímetros. Yo era más delgada, con una complexión de corredora y él era más ancho por los años que llevaba levantando pesas.

—Tuve que pedirle a tu novia que fuera la madrina—, le dijo a Joohyun.
—Porque si no, no habría aparecido.

—Por supuesto que habría aparecido—, dijo Joohyun. —Lleva semanas hablando de la boda.

Daniel se rió tanto que casi escupió su bebida. Me miró.—Es una guardiana. Leal y una mentirosa bastante decente.

Se volvió hacia ella y le tendió la mano. Ella la tomó con cautela, pero él le sonrió. —Es un placer conocerte. Soy Kang Daniel—, dijo, dándole un
un fuerte apretón. —El hermano menor de la señorita Cosas Calientes.

—Bae Joohyun—, dijo ella. —Novia de la señorita Cosas Calientes—. Ella dejó caer su mano pero le sonrió.

—Esta es mi prometida—, continuó Daniel, señalando a Ennik. —Jeon Ennik.

Acompañando a la multimillonaria • SeulReneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora