Supplément 2

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Corvus y Cygnus Malfoy-Potter, 7 meses de edad.

Para este tiempo los mellizos ya podían quedarse sentados un rato por sí mismos, gatear -para atrás, ya que no coordinan sus movimientos- y balbucear como si estuvieran entablando una conversación. Harry se sentía muy orgulloso de sus dos bolitas de carne.

Hoy era sábado, pero no un sábado común y corriente. No. Todo lo contrario. Hoy los bebés comerían por primera vez comida sólida. Dejarían a un lado los biberones por un rato para ser bebés mayores. Draco no estaba muy seguro de esto, pensaba que aún eran muy pequeños para esto. Harry dijo que no, de hecho, estaban un poco más atrasados que los demás niños de su sala. Ellos llevaban dos semanas comiendo papillas, y las maestras habían obedecido la petición de Draco de no alimentar a sus hijos con eso.

—Draco, nada malo va a pasar. Es simple zanahoria y calabaza hecha puré, si lo hacemos bien nada pasará. Llevo varios años trabajando en esto, confía en mí, vamos.

Harry trató de tranquilizarlo, nunca pensó que esto fuera así de difícil.

Los dos regordetes bebés estaban sentados en sus periqueras, viendo con ojos brillantes sus platos llenos de comida. Corvus gritó y aplaudió cuando Harry se sentó frente a él para comenzar a alimentarlo. Draco seguía parado en la entrada de la cocina sin saber qué hacer. Tenía miedo de hacerlo mal, de agarrar mucha papilla en la cuchara y hacer que Cygnus se ahogara.

—No quiero, Hannie —agarró su labio inferior entre sus dedos. Era un nuevo tic de nerviosismo que había desarrollado.

Cygnus chilló al ver que su hermano ya se encontraba comiendo alegremente. Cada vez que Harry llevaba la cuchara al plato, éste abría la boca, pensando que sería su turno. Después de varias veces, fastidiado hizo un puchero, él también quería comer.

—No pasará nada. Ve como tienes al pobre Cygnus —señaló con la cabeza a su hijo.

—Pero y si a-agarro mucho y-y-y luego Cygnus se atraganta y-y-y-

—Siéntate —Draco obedeció—, y mira la cantidad que yo agarro, trata de medir las cucharadas, fíjate que sean como las mías.

Draco tomó el pequeño recipiente de comida y volteó hacia Harry, quien le mostraba la cantidad que debía agarrar. Con la cuchara de plástico especial para bebés ya llena de comida, la guio a la boca de Cygnus.

El bebé cerró los ojos por el sabor, no era nada de lo que esperaba, aun así, lo trago, estaba muerto de hambre. Metió su dedo índice a su boca y comenzó a morderlo, sus encías picaban, sus dientes pronto comenzarían a brotar.

—Procura que no se chupe los dedos —ordenó Harry.

Draco asintió y con cuidado, apartó la mano de Cygnus. Abrió nuevamente la boca, esperando por más comida.

— ¡Lo estoy haciendo, Hannie! —medio gritó Draco. Se sentía muy orgulloso de ya llevar dos cucharadas y ningún atraganto.

—Lo he visto, cariño. Ten —le puso a un lado de él un biberón lleno de agua—, dáselo cuando creas.

Harry se sentó nuevamente, dándole agua a Corvus a través de su mamila azul. La boca del pequeño mellizo estaba manchada de su puré, se veía bastante gracioso así. Él bebió casi dos onzas de agua, Harry pensó que con eso era suficiente. Todo iba bien hasta ahora. Todo parecía ir perfecto.

Corvus comenzó a tener sueño. Restregó sus manitas por todo su rostro, manchándolo, tiró de su cabello platino frustrado, también llenándolo de comida. El azabache golpeó su frente con la palma de su mano, aún tenía que terminar de alimentarlo y la comida de su cabello se pegaría ahí, seguramente haciendo la hora del baño más tardía de lo común.

Por otro lado, Draco y Cygnus iban bastante bien, estaba por acabarse todo él plato y hacia intervalos para beber agua. Al parecer Draco lo estaba haciendo mejor que Harry.

— ¡Corvus, mira lo que has hecho! —dijo Harry, limpiando las manos y cara del bebé.

Corvus gritó enojado, ya no quería comer más. Ahora sólo necesitaba un buen baño, que su papá le cante algo para dormir y acostarse en su cuna. La hora de su siesta se acercaba, y Corvus era muy estricto en ese sentido. Para él la siesta era sagrada.

—Terminé —informó Draco.

Sonrió abiertamente, sacando a relucir sus hoyuelos. Era la primera vez que alimentaba a un bebé y había estado bien, mejor de lo que pensó. Limpió las mejillas de Cygnus con una toallita húmeda y lo sacó de su silla.

—Prepara el baño, iré en un momento.

El azabache le dio unas cucharadas más al bebé, hasta que éste comenzó a escupirlas en modo de molestia. Unió sus pequeñas cejas casi inexistentes y apartó con las manos la próxima cucharada que su padre quiso darle. Harry entendió que era suficiente por hoy. Sólo quedo para un par de bocados más, eso era bueno, Corvus había comido casi todo.

— ¡Muy bien, Corvus! ¡Has comido casi todo! ¡Papi está muy orgulloso de ti! —murmuró alegremente sobre la cabeza del bebé.

Dejó en beso en su cabello algo manchado de papilla y él se acomodó en el cuello de su papá. Suspiró y balbuceó algo hacía Harry.

—Sí, bebé. Ahora te bañaré y luego dormirás con Cygnus una deliciosa siesta —Harry habló en modo de respuesta hacia el balbuceo de Corvus, como si hubiese entendido lo que dijo.

Bañó con Draco a los bebés rápidamente ya que se estaban quedando dormidos en medio de la bañera.

Pusieron pañales limpios y crema anti irritaciones por protección. Los vistieron con pequeños pijamas y los arroparon. Cygnus no aguantó llegar a su cuna, se había quedado dormido mientras Harry lo vestía.

Draco se quedó en la habitación, cantándole algo a Corvus para que tenga un mejor sueño. Harry bajó a la cocina. Lavaría el desastre de las sillas y los platos sucios de los bebés.

Para ser la primera vez salió excelente.

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¿Confirmamos que Harry y Draco, son buenos siendo papás que casi toda la generación Z?

Confirmo.

<3 

Babies for Harry's [Extra] ﷼DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora