Supplément 6

1.1K 100 5
                                    


Corvus y Cygnus Malfoy-Potter, 4 años de edad.

Draco y Harry se daban unos besos de buenas noches. Hoy fue un día bastante movido, primero al azabache se le había averiado el auto en la mañana haciéndolo llegar tarde al trabajo y recibiendo un regaño de su directora, después Corvus se peleó con otro niño porque le dijo débil a Cygnus. Harry recibió otro regaño por tener un hijo "salvaje". No había sido la gran cosa, una pequeña e inocente bofetada en la mejilla del agresor. Por la tarde, la comida se le quemó a Draco, tuvieron que pedir pizza, unas horas después llegó Blaise con Lucy pidiendo que la cuidasen un rato ya que saldría con Ron y volverían en la noche por ella. Habían aceptado. Draco se fue al restaurante cerca de las 5 pm dejándole el trabajo de los niños a Harry, habían dibujado, visto películas y comido algunas golosinas. Cuando Draco llegó tomo una ducha rápida y bajó para ver la última película del día, era la favorita de Cygnus, La princesa y el sapo, decía que le gustaba porque el cocodrilo tenía una personalidad similar a la de su papi Hannie.

Ahora, todos estaban durmiendo, o eso creían ellos cuando escucharon un grito bastante fuerte desde la habitación de los niños.

Cygnus.

Harry reconoció su voz en el chillido, y corriendo llego a la habitación. No le gustó nada lo que vio. Su pequeño Cygnus tirado en el piso llorando con un pequeño charco de sangre alrededor de su carita, Corvus y Lucy estaban pegados a la pared asustados.

—¡Cygnus! —Draco gritó, entrando a la habitación y acercándose al niño para levantarlo.

—Pónganse los zapatos y abrigos, vamos al hospital —los otros dos niños asintieron y obedecieron.

En el camino al hospital Cygnus sollozaba bajito, no quería llorar, no quería que le doliera, no quería ser débil, quería ser fuerte como su padre, como Corvus, incluso como Lucy pero no podía. Su ropita se manchaba de sangre cada vez más cuando intentaba hablar y pedirle perdón a Harry, quien lo sostenía entre sus brazos.

Cuando llegaron, Harry bajó con cuidado pero rápidamente del auto entrando a la puerta de urgencias, lo pusieron en una pequeña camilla y Draco fue detrás de los enfermeros, dejando al azabache con los otros dos niños.

Se sentaron en las bancas azules de la sala de espera. Corvus se refugió en los brazos de su papá mientras lloraba un poco, Harry trataba de calmarlo pero cada vez que le hablaba lloraba más y más fuerte.

—Tranquilo, amor, Cygnus estará bien.

—¡No! —gritó— ¡Es mi culpa! ¡Yo lo hice! Perdón papi, yo no quise.

—Sshh, explícame.

Harry lo sentó en su regazo, Corvus se acomodó mejor y comenzó a hablar. Lucy, también asustada, se abrazó del torso de Harry y él besó su cabello.

—Es q-que nosotros queríamos ju-jugar un rompecabezas y n-no llegábamos a agarrarlo arriba del estante, y yo no puedo por mi brazo, entonces Cygnus dijo que él po-podría llegar con ayuda de una silla. Agarramos la que usamos para pintar y-y cuando se subió no llegó y-y-y brincó y cayó al suelo. Se golpeó a-aquí —contó el niño con la respiración agitada, apuntando su barbilla y su brazo con el yeso.

—Oh, Corvus —negó el ojiverde con la cabeza—. Era hora de dormir, nos hubieras llamado a papá o a mí. Hubiéramos ido, pero tranquilo, amor. No es tú culpa y tampoco de Cygnus. Menos tuya Luli.

La niña suspiró, sintiéndose más tranquila de que su tío no estuviese molesto.

—Por favor, perdóname —rogó el mini Draco.

Babies for Harry's [Extra] ﷼DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora