Your Little Flower [bottom!louis] [traducción]

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Si alguien le preguntara a Louis si es necesario que las haditas primaverales cuiden sus respectivos jardines todos los días, entonces la respuesta sería no. Cada año, Louis visita como máximo tres veces por semana su jardín, bueno no el suyo, sino el que ha encontrado para cuidar durante toda la temporada de primavera. Realmente no hay mucho que hacer si el jardín ya está siendo supervisado por su propietario, solo podría regar las plantas con la cantidad correcta de agua o regular la intensidad de la luz solar si el jardinero se distrae durante algunos días agitados y tal vez holgazanea mientras disfruta del sol y el aroma refrescante del jardín veraniego.

Pero eso ciertamente no impide que Louis arroje su brillo dorado en su jardín todos los días durante dos semanas seguidas.

Hoy es el segundo sábado en el que se encuentra merodeando alrededor del jardín que ahora está sanando, sigue tratando de arreglar las peonías por las que ha estado preocupado desde ayer. Para este momento las flores podrían estar completamente sanas si no hubiera estado tan ocupado espiando al jardinero musculoso.

Louis nunca antes había conocido a un hombre tan apuesto que se preocupara por las plantas, así que no pueden culparlo. Las hadas masculinas son simplemente, bueno, obviamente no son lo suficientemente grandes, por lo que nunca se enamoraría de alguna de ellas. Acúsenlo por ser quisquilloso o tener falta de conciencia de sí mismo, pero si es una puta por los hombres fornidos, altos y destructores de hadas, entonces no tiene ningún problema con serlo.

El jardinero por el que se ha estado mordisqueando los labios y por el que babea, siempre sale de su casa a última hora de la tarde y la confusión constantemente baña sus ojos sombríos cuando se da cuenta que con cada día que pasa su jardín es bendecido con un toque de refinamiento. Se había quedado con el ceño fruncido y con la boca y los ojos muy abiertos la primera vez que vio las crestas recuperadas de sandías, tomates y mazorcas. Eso provocó que las mejillas de Louis se colorearan de rosa fresa y que pequeñas risitas salieran de su boquita mientras sus alas desprendían un alegre brillo dorado. El día siguiente y los días posteriores transcurrieron con más y más dudas escritas en el rostro del jardinero mientras un travieso y diminuto Louis lanzaba discretamente más y más halos mágicos por todo el jardín en recuperación.

Sin embargo, hoy Louis frunce el ceño ante las obstinadas peonías que se niegan a cooperar con él, sin mencionar el hecho de que Bebejita se negó a acompañarlo durante el día después de haber sido víctima de sus gritos de fan durante toda una semana. El atractivo jardinero aún sigue mostrando una expresión de fastidio por lo que la exasperación dentro de Louis sigue creciendo.

—¿Puedes simplemente...oh, esto es agotador.— Deja caer su trasero sobre una hoja púrpura del arbusto de cerezas que está cerca de las peonías, tiene sus alas de cristal apagadas. Hoy hace más calor de lo normal y el pareo se le pega a su piel sudorosa, lo que lo hace sentir más cansado de lo habitual. Está tan desesperado por tomar un poco de agua fría. Puede que sea un hada, pero todavía necesita comida y bebida para sobrevivir. Con un delicado gemido, se pone de pie, sacudiendo la tierra de su pomposo trasero antes de volar por el patio para encontrar un poco de agua cristalina.

Sus alas de cristal emiten un delicado zumbido mientras evita tocar las espinas de los acebos, se le pone la piel de gallina cuando pasa por su mente la imagen de la mariquita lastimándose con la hoja de la planta perenne la semana pasada. Mientras se desliza por el jardín, no ve ninguna fuente de agua, aunque no es como si se hubiera topado con una en las dos últimas semanas que ha estado allí. Louis hace un puchero mientras vuela lentamente hacia la casa, probando su suerte. En realidad, nunca ha llegado tan lejos, no ha sido lo suficientemente valiente como para volar más allá de la frontera de abelias que separan el patio de la casa. Pero está tan sediento.