Decisión

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Los aplausos y elogios no se hicieron esperar, murmullos acerca de la belleza que el doncel poseía se intensificaban, Wei Ying era un doncel hermoso, lleno de buenos modales, educado, fino, excelentes hábitos, su piel bien cuidada, ni una sola marca o hematoma de accidentes aparecía en ella, al contrario, su piel era completamente blanca, tersa, suave al contacto, tanto como si se hiciera referencia a las fina porcelana, seguramente debía cuidarla mucho y aplicar un sinfín de productos en ella.

Sus labios eran ligeramente rojos, pero de forma natural, no había ni siquiera una pizca de pintura carmín sobre ellos, sus ojos grises acercados al plateado de forma natural, algo raro de ver por supuesto, estos eran acompañados por largas y finas pestañas que cubrían sus ojos resaltándolos y su cabellos, dios, su melena era larga y competente negra, como si el manto de un oscuro cielo fuera colocado sobre él.

Su cintura tenia una excelente figura definida, parecía a la del reloj de arena, sus caderas eran perfectamente anchas, incitando a los varones a tomarlas, a marcar su piel blanca, a llenarla de marcas, de mordidas, de chupetones, su trasero sobre salía, era grande pero no en exageración, correspondía bien a su cuerpo, encajaba a la perfección, estaba bien formado, y sobre todo firme, sus pecho era perfecto, lizo blanco, con dos botones perfectamente colocados de un color rosa ligero, sobresalientes, apetecibles.

Sus clavículas se marcaban, pero no en exageración, se veía bien, era perfecto, sus manos eran largas y delgadas, finas, sus manos, a simple vista se veían sumamente delicados, al mismo tiempo que sus pies, rápidos, hermosos, firmes, bien formados, Lan Zhan quería perderse entre ellos.

-WangJi, permite que el señorito de por finalizada la presentación- aconsejo Lan Xichen, las miradas de todos los varones se intensificaban, y la molestia de Fengmian se hacía cada vez más intensa, el hecho de que no hiciera el gesto para dejar que su niño se alejara de todos esos pervertidos le estaba haciendo enfadar.

Lan WangJi tocio ligeramente moviendo su señal en señar de estar complacido, con esto Wei Ying hizo una reverencia llena de gracia y delicadeza para incorporarse, se alejo del centro de salón y fue con su madre para volver a colocar sus prendas correspondientes.

Finalmente, el momento del tan anhelado anuncio se hizo presente acompañado de murmullos, varios donceles y mujeres se encontraban emocionados, anhelaban tanto poder tener tan hermoso privilegio, caminar a lado del Sultán, poseer poder, joyas, influencias, poder darle un hijo, uno varón, solo así podrían llegar a ser mas cercanas a ese admirable hombre y quizás, solo quizás llegaran a convertirse en su favorita solo así podrían aspirar a convertirse en la Haseki del sultán.

Wei Ying que se hacia una idea de cuál sería el verídico anhelaba que cambiara, que en ese momento el sultán hubiese cambiado de decisión, que escogiera a cualquiera entre la multitud y que lo dejara volver a su hogar, no es que el sultán le diera miedo, o que no agradeciera ser tomado en cuenta, por supuesto que no, daba gracias a alá por a verle brindado esa hermosa apariencia que resaltaba entre la multitud, pero siendo honestos, no se sentía listo, era joven, tenia 16 aun, pronto cumpliría los 17, el sultán debía estar cerca de los 25, el quería vivir un romance con Wen Xu, lo quería, no lo amaba, de hecho podría atreverse a decir que hasta el momento ningún hombre había logrado que el amase con intensidad, el más cercano a este era Wen Xu que a sus 21 años había logrado ganarse el respeto y admiración de Wei Ying.

-Agradezco la presencia de todos ustedes y de las inigualables bellezas de cada una de sus hijas e hijos- inicio Lan Wang Ji mientras se mantenía con un porte elegante, fino y recto. -Todos conocen la finalidad de esta festividad, pese a celebrar un logro mas para nosotros, e decidido adquirir una nueva esposa, una concubina, la cual, deseo con todo mi corazón se llene de dicha esta noche por que ha sido bendecida con la luz de alá- agrego.

La Haseki del SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora