Capitulo 5

1.1K 140 19
                                    

La mañana llego y con ello el hecho de sé que se encontraba solo en aquella gran cama, quiso incorporarse, pero el dolor en su parte baja se lo impidió, contuvo el aliento y como si de una escena cinematográfica se tratara, los recuerdos de todo lo que había sucedido la noche anterior se interpusieron en su cabeza deteniendo su respiración.

Sus mejillas se tiñeron de un rojo carmín, retiro las sábanas para comprobar el resultado, y ahí estaban, aquellas finas telas blancas manchadas de sangre y por supuesto de aquel exquisito liquido blanco, el cual, seguía saliendo de su entrada con cada movimiento que hacía.

-veo que al fin despiertas- dijo con suave voz Lan Zhan mientras ingresaba con una bandeja de comida, Wei Ying sintió su respiración detenerse, maldijo internamente y se cubrió por reflejo. -no tiene caso que sientas vergüenza, he visto cada rincón de tu ser- comento con calma sentándose a su lado. -te lastime? - cuestiono curioso.

-mi sultán- susurro Wei Ying mientras alzaba la mirada -usted fue maravilloso anoche- confeso con una amplia sonrisa mientras le veía atento.

-pensé que dentro de tus aposentos o de los míos, podías llamarme por mi nombre- expreso de forma disconforme mientras le veía un poco disgustado.

-Lan Zhan- dijo finalmente viéndole para sonreír nuevamente -tengamos más noches así, todos los días- susurro en señal de petición mientras se recargaba en su hombro, no había sentimiento de por medio, solo era "sexo" y si con eso podía llegar a asegurar una buena posición para él y su familia lo volvería hacer una y miles de noches, después de todo, el sexo no era tan malo.

-Wei Ying, todos los días son todos los días, entiendes el peso de tus palabras? - cuestiono mientras alzaba el rostro ajeno del mentón para acariciar sus labios, nunca había compartido una mañana así después de una noche pasional, ni siquiera con Mo XuanYu -podrías arrepentirte más adelante, tus caderas, todo de ti podría arrepentirse de tal desvergonzada petición- susurro acercándose a él para inhalar su aroma, olía exquisito, la piel de Wei Ying era suave, dulce.

-me arrepentiré si no es así- susurro uniendo sus labios una vez más con los ajenos abrazándole del cuello para acomodarse en su regazo.

-te quiero esta noche de nuevo en mis aposentos- pidió con un tono suave apenas se separaron unos centímetros, Wei Ying asintió suave sonriendo de forma gentil y genuina.

||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

Madama Lan caminaba a prisa a los aposentos de Lan WangJi con el fin de corroborar si todo había resultado de acuerdo a lo proclamado, deseaba realmente que así fuera, lidiar con Mo XuanYu se volvía cada vez más difícil.

Toco a aquella puerta esperando una respuesta pronta, era poco paciente, una de sus grandes características.

-lo siento madre sultana- dijo aquel guardia haciendo una reverencia. -el sultán prohibió el paso a cualquiera, esta aun dentro con la concubina Wei WuXian.

Ella sonrió, no podía sentirse más satisfecha de lo que escuchaba ahora -cuando el sultán se retire, hazle saber su concubina que le espero en mis aposentos de forma inmediata- dijo seria para retirarse.

-así se lo hare saber- dijo manteniendo la mirada baja en señal de respeto.

|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

No sabía que quería aquella mujer, pero ahí estaba, parado frente aquella gran puerta, portaba ropa característica de su tierra, su cabello suelto adornado con tocados finos de oro, regalo directo de su padre, llamaba la atención más que el resto de las concubinas, su forma de caminar, de hablar y sonreír captaba la mirada hasta del más viejo caballero.

La Haseki del SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora