—Recuerda que voy a venir el viernes.—La pelirroja dejaba incontables besos en los cabellos plata de su hermano, recibiendo suaves e inofensivos "gruñidos" que salían desde lo más profundo de la garganta de Kang.
—¿Por qué el viernes? ese día tengo muchísimas cosas que hacer y no quiero que me veas tan intolerante gracias al estrés, noona.—Las uñas de TaeHyun comenzaron a rascar distraídamente su cuello, dejando en evidencia su ansiedad e inquietud.
El Alfa era tranquilo y controlaba perfectamente sus instintos a pesar de su naturaleza sin embargo cuando estaba bajo muchísima estrés, era bastante irritable y dominante gracias a la presión. Era como si su lobo intentara tomar el control y manejar la situación a lo cavernícola.
Y a él le desagrada todo eso.
—¿Vas a trabajar en Navidad? Creí que la pasaríamos juntos.—La pelirroja intentó mantenerse tranquilo para que su enojo no fuera palpable en su aroma. Le causaba muchísimo coraje que su hermano trabaje, mucho más cuando seguramente el anciano estúpido estaría disfrutando su día libre.
—¿Es Navidad? Lo había olvidado... — TaeHyun buscó la manera en que el tema de conversación se desvíe para no tener que lidiar con el regaño y quejas de la Omega. Él deseaba vivir y mantener su mente tranquila.
—Si, es Navidad ¿y sabes qué? las vas a pasar conmigo.—Dejó un beso en la frente de su hermano y salió de la oficina escupiendo insultos a su padre.
TaeHyun se quedó paralizado un par de segundos antes de reaccionar e ir detrás de GaHyeon.
Sabía como se comportaba la Omega cuando se molestaba y era muy díficil para él tranquilizarla. No creía que fuera más fácil cuando estaba aún más sensible por su embarazo y el lazo que compartía con Handong.
Pasó un par de pasillos más y pudo encontrarla.
Dió un par de pasos más y al fin estaban frente a frente.
—¿Se te olvidó decirme algo? —Los ojos oliva intentaron descifrar los miel de TaeHyun, fracasando cuando el menor apartó la mirada.
—Pensé que ibas a hacer algo raro.
Las mejillas de TaeHyun se tornaron de un color parecido al de la sangre cuando se dió cuenta que dedujo algo que había resultado incorrecto. Estaba ardiendo en vergüenza y la risa de su hermana no lo ayudó.
—No tienes que avergonzarte.—Lo consoló—. A veces soy demasiado impulsiva e impredecible.
—Al menos lo reconoces.—Bromeó.
GaHyeon le golpeó el hombro mientras reía.
—Eres un imbécil.
—Este imbécil es tu hermanito menor, debes tratarme bien. —Fingió llorar.
—Mejor cállate y acompáñame a la salida.
—Bien.
TaeHyun enredó su brazo en el de su hermana y a pasos lentos, comenzó a caminar hacía el ascensor mientras decían idioteces.
Algo que no cambiaría.
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