Sabias que ya no podías salir de esta situación. Las cosas con Mark ya habían llegado demasiado lejos y debías afrontarlo, querías afrontarlo. Esta mañana había transcurrido normal, Mark termino su practica y fue a recogerte al colegio como normalmente lo hace, habían pasado tiempo juntos y uno que otro beso por aquí y por allá. Lo más lejos que habían llegado a su relación era uno que otro toqueteo mientras tenían sesiones de besos largas. Aun no sabias si querías perder la virginidad con Mark. Aunque tener un novio tan atractivo es una tentación muy fuerte.
Ahora te encontrabas con su boca entre tus piernas, dándote un placer inimaginablemente bueno ¿Como su lengua podía ser tan buena? Tus manos se aferraban a su cabello. Pensabas que era lo único que necesitabas para poder quitarte la tentación, pero querías más de esto, más de él.
Se separo de tus piernas para dirigir sus labios a los tuyos y así poder besarlos, coloco su peso cuidadosamente en ti y sin pudor alguno froto su erección entre tu entrepierna que ya se encontraba muy sensible.
- ¿Qué es lo que quieres? ¿Quieres que te folle?-
A pesar de la situación de inmediato te sonrojaste, no pensabas que fuera tan directo. Él lo noto.
-No actúes inocentemente, sabemos que es lo que queremos- susurro en tus labios con una sonrisa demasiado pretensiosa, sus manos controlaban todos tus movimientos.
No obtuvo respuesta de ti, por lo que quito sus pantalones junto con su boxers era la primera vez que podías ver el miembro de tu novio directamente y estabas, más que agradecida con la vida de que tuviera esas proporciones. Tus ojos no mentían, lo deseabas, deseabas que estuviera dentro de ti y poder sentirlo en todas las formas posibles.
Una vez más, se acercó a ti y junto sus labios con los tuyos para susurrar...
-Dime que es lo que quieres ¿quieres que te folle?-
No respondiste, simplemente trataste de juntar sus labios, pero este se apartó.
-No princesa, necesito escucharlo, quiero escucharte, pídeme que te folle- pidió una vez mas mientras bombeaba su muy creciente erección y en uno que otro movimiento la restregaba por tu intimidad.
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