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"Querido diario, hoy besé a mi mejor amiga."

Ryujin no tenía planeado quedar en detención. No era una chica que causara problemas, nunca se había involucrado en alguno tampoco, por lo que cuando el Profesor Kim sentenció que tendría que pasar tres horas en el aula "del castigo", todos los alumnos de la clase (incluyéndola a ella) se vieron totalmente sorprendidos. No se mencionó el porque de esto frente a toda el aula, en su lugar el docente sólo se limitó a hablar desde su escritorio, pronunciando firme:
"Señorita Shin, la detención comienza a las 2pm, la veo en el aula 17-04A a esa hora."

Y ahí estaba, sentada en el pupitre con los pies cruzados balanceándolos levemente, suspiros saliendo de su boca de vez en cuando y un que otro bostezo haciéndose presente cuando ya no hallaba qué más hacer para matar el tiempo.

No quería divagar mucho en sus pensamientos tampoco, ya que estaba segura de que terminaría acabando en escenas nada gratas. Escenas donde sus padres la miraban con desprecio, con horror, con asco. También escenas donde sus amistades decidían alejarse de ella. Y por más que intentaba imaginar e idealizar cosas que no terminaran en tragedia, no lo lograba, haciéndo que su estómago se retorciera con miedo.

La Señorita Yoo la miraba de vez en cuando, levantando la vista sigilosamente del libro que se encontraba leyendo. Si bien lo que Shin había hecho era algo que incumplía las reglas del colegio, con una simple llamada de atención hubiera quedado completamente claro para ella. Sin embargo no entendía porque el Director Park y el Profesor Kim habían solicitado con urgencia una reunión con los padres de la chica.

Sabía que el que ellos hicieran eso sólo le traería problemas a la jovencita de dieciséis años que se encontraba frente a ella. Su corazón se apretó al verla sentada ahí, con las manos temblorosas y el pecho subiendo y bajando a una velocidad anormal. Quería abrazarla y decirle que todo estaría bien, que no tenía porque sentirse avergonzada. Pero con el más grande pesar se contuvo, limitándose a seguir leyendo el libro que tenía entre las manos.

Ryujin y Chaeryeong han sido mejores amigas desde que tienen memoria. Todos sus estudios los hicieron juntas en los mismos lugares (excepto el último año de la escuela secundaria, ya que Chaeryeong fue de intercambio a Japón durante ese tiempo).

Ambas suelen pasar mucho tiempo juntas, invitándose mutuamente a sus casas, hablando sobre como las cosas que hicieron en su día. Contándose sus secretos y sobretodo preguntándose dudas que les surgían de vez en cuando.
Algunas eran cosas banales como: "¿Opinas que el tampón es mejor que la toalla?", y otras eran más íntimas, las cuales sabían que debían quedarse entre ellas.

Chaeryeong se encontraba lavándose las manos y Ryujin recargada en la puerta de uno de los cubículos esperándola. Era su rutina diaria, en cualquier momento del día se escapaban juntas al baño. Muchas veces era para retocarse el maquillaje y otras para pasar el tiempo, nada fuera de lo común.

Hasta ese día.

Chaeryeong desde horas antes había notado lo inquieta que se encontraba su amiga, jugando con los anillos que tenía entre sus dedos. Mordiendo sus uñas y secando sus manos sudorosas en la falda del uniforme. Sin embargo calló y aguardó a que esta soltara por fin la bomba, por eso cuando oyó el "Oye Ryeong, has pensado alguna vez..." no le tomó por sorpresa.

No hasta que la mayor terminó la oración.

—Oye Ryeong, ¿has pensado alguna vez —hizo una leve pausa, pensando en si estaría bien decir lo que estaba maquinando, tomó aire y decidida habló— en besar a una mujer?

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2021 ⏰

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heaven • ryujinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora