Hasta Que Tú Muerte Nos Separe

Epílogo 2

Amalia

— Es nuestra oportunidad, Amalia — comento mi padre sentado del otro lado de la mesa —. ¡Tú oportunidad!

Casarme con un multimillonario nos sacaría de la pobreza, eso estaba claro, aumentaría el dinero y no tendríamos que estar dependiendo de otras personas diariamente. Pero...¿casarme?

— Es una locura — dije, llevándome un trozo de pan a la boca —. Ni siquiera lo conozco, papá.

Él puso sus ojos en blanco y prosiguió hablando:

— No se que más decirte. Si quieres que tu madre, tú y yo nos muramos de hambre solo di que no.

Sé lo que esta haciendo y odiaba que lo hiciera. Un juego psicológico donde yo soy el arco y el multimillonario el blanco. Donde me quiere sacar el provecho para conseguir lo que quiere.

<< solo di que no. >>

Mi subconsciente está de acuerdo conmigo. No se lo que me hará ese hombre, me triplica la edad.

— Estamos en esta situación económica hace ya unos largos 5 años, papá — dije, largando el pan y apoyando mis manos encima de la mesa -—. A los 16 años nos fuimos de casa por tu culpa. Todo el día acostado sin hacer nada y mamá rompiéndose las piernas para que pueda tener un plato de comida en la mesa todos los días.

— No lo entiendes, Amalia — Interrumpió el hombre gordo y barbudo delante de mi.

Estaba furiosa, demasiado para ser yo.

— Si, si que lo entiendo. No soy más una niña de papi que hace lo que quieren con ella. Con 22 años te estuve casi que manteniendo a ti, ¡A mi padre, joder!

Me levanté de la silla empujándola hacia atrás, y empecé a ir y venir de una punta a otra, dando vueltas en circulo.
Hasta que volví hablar:

— Si me caso es por ti y mamá — susurré apuntando hacia él con el dedo índice —. No voy a dejar que ese hombre me toque.

Mi respiración estaba en la mierda, lo único que quería era dormir hasta qué nadie se acuerde de mí.

— ¿No vas a decir nada? — Insistí, lo hacía para que hablara, para que diga algo pero no lo conseguí. Solo me miraba seriamente.

— ¿Sabes lo que estas haciendo verdad? — Preguntó.

— Claro que sí. Me estas casi que prostituyendo para obtener lo que quieres pero no sabes lo que yo quiero — mis ojos se llenaron de lágrimas pero no iba a dejar que ninguna caiga. No iba a llorar adelante de alguien que me decía que llorar era de niñitas —. ¿Qué horrible, no?

Mi corazón estaba latiendo rápidamente, mi pecho subía y bajaba con velocidad, mi boca estaba seca y mis manos temblando.

Sin nada más que decir me fui a mi cama que estaba literal en el piso, al lado de un ventanal grande.

La luz que iluminaba la casa se desvaneció cuando la luna se puso en el punto más alto del campo. La oscuridad reino todas las partes de mi alrededor, dejando ver a lo lejos los puntos brillantes que jamás llegaría a tocar.

Esto no va a quedar así. No voy a dejar que ese hombre me toque, mucho menos que arruine mi reputación.

Me casaré, lo enamoraré y luego me desasearé de él.

Voy hacer de todo hasta que su muerte nos separe.

💰
M.S.