⚔️ II ⚔️

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El de azabache cabello apagó con cuidado el molesto despertador; la fiesta de ayer lo había dejado algo molido. ¿Estaba deseando morirse? No, tampoco había bebido tanto, pero parte de su cuerpo dolía y aunque no era especialmente cómodo, hoy había un torneo de kenjutsu, así que sí o sí debía ir.

Así es, Mihawk, al contrario que muchos otros millonarios, era rico por ser maestro y director de uno de los Ryus más famosos de japón, y aunque no tendiera a ir a diario allí, solía visitarlo por lo menos varios días al mes y siempre se había prometido que jamás faltaría a un torneo, así que ahí iría; se metió a la ducha y se quedó mirando fijamente a los azulejos de su pared mientras su cerebro se despertaba y se librara del poco alcohol que le quedaba dentro del organismo.

Se miró al espejo tras colocarse los pantalones y la ropa interior, siempre había sido un hombre con aspecto atractivo, y no lo decía porque fuera egocéntrico, si no porque muchas personas (Ya fueran mujeres, amigos o incluso varios de sus alumnos) lo habían descrito como un "Armario", el de ojos de halcón sonrió de lado de manera seria, ¿Armario? ¿Por qué de todos los adjetivos que tenían para describirlo, tenían que decirle armario? Sí, era alto, y sí, era un hombre bastante robusto, pero tampoco era para tanto.

Miau.. —Su precioso gato se había tomado el tiempo el devolverlo a la realidad, o quizás solo quería comida, quien sabe.

¿Qué pasa, Yoru?.. —Alzó en brazos a su animal quien empezó a lamer su mejilla, haciendo que el azabache riera y besara su frente con cuidado— ¿Tienes hambre térnurita? Papá tiene trabajo que hacer hoy, así que no podrá estar en casa.. —El gato maulló y miró fijamente a su amo, saltando de sus brazos al suelo y saliendo del cuarto, probablemente caminando hacia la cocina mientras el otro le seguía— Vamos a ver... Agua ya tienes, así que vamos a rellenar el cuenco de comida. —Agarró la bolsa con la comida del animal y la vertió con cautela en su cuenco, el gato movía la cola mientras miraba muy fijamente la comida bajar, había aprendido que si asaltaba la comida mientras estaba siendo colocada, su amo lo regañaba, así que se limitó a esperar hasta que la bolsa desapareció de su vista y entonces se acercó a comer en silencio, recibiendo caricias del mayor.

Tras unos minutos de mirar al felino comer, suspiró con pesadez y se retiró hacia la entrada de su casa para salir y poder caminar hacia el exterior, no sin antes despedirse del animal. ¿Iría andando a pesar de que le quedaba más cerca el polo norte que la escuela?.. Sí, aunque tardara algo más de tiempo, disfrutaba de la naturaleza y de tomar aire fresco más que ir encerrado en una gran caja de metal con ruedas con la cual golpeaba su cabeza si se ponía el techo, el medir dos metros no siempre era una ventaja como muchos otros podían llegar a pensar. Ya después de estar por varios minutos caminando, y cuando digo varios me refiero a casi una hora, llegó hasta la escuela de una vez por todas.

Señor Mihawk —Uno de los profesores del local lo saludó a la entrada con una reverencia, el de gorro respondió con un simple "Buenos días"  y entró al local, mirando a todos los alumnos con sus espadas y sus sonrisas nerviosas, hasta cierto punto le enterneció y le recordó a sus tiempos mozos, cuando apenas era un mocoso que jugueteaba con las espadas y se proclamaba como el mejor, cosa que sí, actualmente era, pero en esos tiempos solo practicaba de manera algo patética e infantil— Hoy es el gran torneo.. ¿Esta emocionado, señor?  —Asintió lentamente mientras entraba al lugar siendo seguido por el profesor, quienes jóvenes saludaban y otros solo cuchicheaban al ver al mayor allí.

Comentarios como "¿Ese es Mihawk?" "Pensé que no lo vería nunca" "Es más atractivo que en fotos.."  Y aunque los últimos comentarios de su físico lo sorprendieron, los otros lo halagaban, todo el mundo le respetaba y admiraba ahí, haciendo que su autoestima subiera un poco.. su ego no, no era un hombre especialmente ególatra. Miró a los lados, todos los asientos importantes estaban al rededor del suyo, uno mucho más alto y destacante, cosa que lo hizo suspirar; no era un desagrado enorme el hecho de que lo destacaran, pero había pedido en varias ocasiones que no se le tratará como si fuera un rey y que con un asiento medianamente normal le era más que suficiente.

❝ 𝐄𝐥 𝐠𝐚𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐛𝐨𝐭𝐚𝐬 ❞Where stories live. Discover now