Capitulo 1 | Observación | 1.1

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Lo ví a los ojos... Seguro fue un momento incómodo para el, pero no me importó del todo.

Parecía estar nervioso, parecía querer preguntarme si todo estaba en orden,
Pero se limitó a lucir una temblorosa sonrisa, desearme una "tarde agradable" y fingir que buscaba algo en el mostrador.

Me di la vuelta y sentí escalofríos al alejarme. juraría que lo escuché murmurar algo, algo sobre mí.

Mi cuerpo me dictó darme la vuelta y confrontarlo.
Pero yo soy mejor que eso...
No soy un animal, no puedo reaccionar ante todo de manera violenta. Aunque claro, me habría encantado lanzarle el plato de comida que recién le había comprado por un par de billetes.

Tomé asiento en una mesa vacía, no muy alejada del local donde ese chico trabajaba, lo observaba a distancia. Bromeando y riendo junto con sus compañeros.

Tal vez eran así de inmaduros con todos los clientes, tal vez no debía tomarlo como algo personal.
Pero repito, solo es un "tal vez"...

Claro que lo tomaría como algo personal. Todo es personal.

Él sabía que lo estaba observando, pues el también me observaba de vez en cuando, como sí intentara desafiarme.

Varios planes cruzaron por mi mente ante esa situación: esperarlo en el estacionamiento cuando terminace su turno, quejarme con su jefe, sencillamente lanzarle una piedra, etcétera...

Pero ningún de esas era buena, no valía la pena. Pensaría en ello luego.

Por última vez intercambiamos miradas, él vio la comida sobre el plato. Aún intacta, lo que pareció confundirlo, pues luego de eso me vio directamente arqueando una ceja.

Alcancé a ver la especie de identificación que utilizaban sobre la camisa de su uniforme:
"Morgan"

Vaya, tiene nombré de perro. No tendré ni que apuntarlo, un nombre así seguro será fácil de recordar.

Me levanté de la mesa, dejando el plato de comida sobre ella. Volteé ligeramente, y ahí seguía, viéndome con una mirada que no pude evitar comparar con la de un cachorro.

Salí del food court, sentía calor en mi rostro, creo que estaba sonrojado.
En mi camino a la salida tome un vistazo de mi reflejo sobre un vidrio, y efectivamente, la sangre fluyendo en mi rostro estaba haciéndose lucir.

Llegué a casa, aún toqueteandome el rostro como un hipocondríaco chequeando su temperatura.

Mi madre estaba dormida en el sofá, con la televisión encendida. No me molesté en despertarla. me dirigí a mi habitación le puse el seguro a la puerta y dejé caer mi mochila sobre la cama, escuché como las cosas dentro de ella chocaban entre si, para ser sincero no recuerdo bien que llevo ahí dentro más allá de una libreta y una botella con agua de 2 semanas.

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