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Lee Mirin

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Lee Mirin.

—Entonces me dio tan bien que fue espectacular —tome de mi leche de plátano.

—Mirin —suspiró —también necesito a alguien así.

—Jini —negué con la cabeza —si te digo quien fue te desmayarías.

—No me digas que fue Suh—. Colocó sus manos en su boca —Mirin, si sí fue con él, te cogiste al hombre más sexy del país.

—No Jini—, golpeé su brazo —él no.

—A trabajar chicas —hablo Doyoung —tenemos mucho que hacer.

Sin duda Dodo no recordaba lo qué pasó, así que pude dar un respiro y tratarlo como siempre lo hice. Un simple amigo.

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—Déjame por favor —reí —me haces muchas cosquillas por favor.

—No quiero —sonrió tiernamente.

—Jungwoo ya por favor.

Él dejó de hacerme cosquillas, desde esa noche fue tan bueno conmigo, el domingo por la noche regreso al hospital. Todos aquí estaban preocupados.

—Quiero helado —mencionó.

—En la noche puedes venir a mi casa —le sonreí.

—¿Tienes de fresa?

—Sí claro que sí —dije orgullosa.

—Mirin — se abrió la puerta, era Doyoung —ven vamos a comer.

—Sí Dodo —sonreí —adiós Jungwoo iré a comer vengo al rato.

Sentí que él tomó mi mano y acercó su boca hacia mi oreja.

—Solo mía —susurro y dio un beso en mi mejilla.

Sonreí y me percaté que Doyoung ya no estuviera ahí

—Nos vemos en la noche —guiñe mi ojo.

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—Veo que últimamente estás muy cerca del paciente 102 —dijo Doyoung.

—No sé porqué piensas eso —hice una mueca.

—Ten cuidado Mirin, lo he observado y, tiene características de una clara psicopatía, por favor ten cuidado.

—Yo me sé cuidar Dodo, no te preocupes por mi —suspiré.

—Últimamente el 102 se desaparece en las noches —abrió su jugo —¿Sabes algo sobre eso?

—No en realidad, no tengo idea —miré el cielo.

—Mirin —le dio un sorbo a su jugo —cuídate de él, desde el principio se me ha hecho un tipo muy extraño.

—Es normal Doyoung —lo miré enojada —déjalo en paz.

—Hemos llegado a tu edificio —suspiró.

—Adiós ya me iré —agite mi mano en forma de despedida.

—Adiós —le di la última mirada.

Me di la vuelta y me adentre al edificio, salude a la recepcionista y fui hacia el elevador.

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—Jungwoo —susurre y sonreí —¿Estás aquí?

Me metí al departamento y deje mochila en el sillón.

—Jungwoo —camine hacia el cuarto— no me asustes, de todos modos soy la fan número 1 de películas de terror.

Sentí como me jalaron del pelo tan fuerte que hizo que unos cabellos se zafaran de mi cuero cabelludo.

—Eres tan entupida —rió cínicamente —¿Crees que serás la chica buena que hace cambiar a un hombre?

Ya me encontraba acorralada y con temor.

—Jungwoo ese no eres tú.

Volvió a jalar de mi pelo y jadeé del dolor.

—Eres linda —posó sus manos en mi cuello —aunque te mirarías mucho mejor colgada en mi casa.

Negué con la cabeza.

Sentí como me ahorcaba poco a poco

—¿No me recuerdas verdad? —ladeó su cabeza —¡RESPÓNDEME! —gritó.

—Lo siento —respire pesado —¿Quien eres?

—Te odio tanto —forzó más sus manos en mi cuello.

Miraba todo borroso, no podía respirar más, este había sido mi fin.

—Gracias a ti —escupió mi cara —mi mejor amigo murió.

Tomo más mi cuello y me arrojo hacia el sillón.

—¿Quien era tu amigo? —deje caer mis lagrimas.

Jungwoo se acercó a mi y tomó mi blusa con fuerza.

—¡Lee Taeyong! —Exclamó con furia —Por ti él a muerto, ahora debes morir, ya no debes existir —ahorco mi cuello hasta quedar sin aire.

—Lo siento —mi respiración se cortaba —yo no conozco y ni conocí a nadie con ese nom-bre.

Miré todo oscuro y no supe de nadie después de eso.

𝑆𝑢 𝑙𝑜𝑐𝑢𝑟𝑎 𝑐𝑎𝑢𝑠𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒.

—𝐸𝑙𝑙𝑎 𝑛𝑜 𝑚𝑎𝑡𝑜 𝑎 𝑚𝑖 𝑚𝑒𝑗𝑜𝑟 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑜.

Fin.

𝑃𝑠𝑦𝑐ℎ𝑜𝑝𝑎𝑡ℎ 𝑖𝑛 𝑙𝑜𝑣𝑒 • Kim JungwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora