III. Bienvenida a la mafia

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Estoy cansada...

De alguna forma, la vida de Sayo Wakaba era complicada...

<<Soy Sayo Wakaba, por alguna razón termine en la mafia, pero mi trabajo es más complicado de lo que parece...>>

—Wakaba-chan~ ¿dónde pusiste mis pastillas? —un castaño susurraba muy cerca de su oído, podía sentir el aliento de Dazai rozar su piel.

—...

—Pase tanto trabajo para conseguirlas; ni siquiera son legales en Japón.

—Lo escondí.

—¡¿Hah?!

—Puede suicidarse después de terminar trabajo, le daré las pastillas luego.

—¡¿De verdad?! —Sayo asintió, no podía creer que los ojos de Dazai brillaran tanto ante la idea de morir—¿que falta por hacer? —la joven colocó una enorme pila de papeles, el rostro del castaño se tornó azul —Wakaba-chan ¿que clase de broma es esta?

—Todavía hay más.

—¡¿Qué?!

Luego de casi, no, obligar a Dazai a terminar todo su papeleo Wakaba se dejó caer en el mueble exhausta, más que una mafiosa parecía una niñera. Necesitaba aire, salió de la oficina buscando una máquina expendedora allí se encontró a Chūya, al verla soltó un "ah" y ella se dio la vuelta para ir a otra.

—¡Oe,oe! ¡¿A dónde vas?!  —Nakahara tomó su hombro evitando que se fuera —¿tienes trabajo?

—Ser la niñera de Dazai.

—No, ese no es tú trabajo. Lo tomaré como que no, anda ven —agarró su mano para sacarla del edificio, caminaron hacia un parque no muy lejos de la sede allí, Nakahara la sentó en la banca —quédate aquí.

—De acuerdo —y ahí estaba sola, en medio de un parque sin nada que hacer, observó a las diferentes personas que caminaban desde personas solitarias, parejas y familias, una que llamó tu atención fue un joven con su hijo que señalaba uno de los árboles te acercaste a ellos para ver que estaban buscando.

—Pero papá, él está allá arriba.

—Lo sé pero no hay nada que pueda hacer para bajarlo, es pequeño ¿como se subió? —había un gato entre medio de las ramas, se veía bastante pequeño se aferraba muy bien de las ramas, Wakaba suspiró, camino hacia el árbol y saltó hacia una de las ramas agarró la más cercana para treparse a una que pudiera aguantar su peso, en la otra el gato seguía ahí, extendió su brazo para tomar el gato cuando esté le aruño, no le dio importancia, y lo sujeto del lomo.

—Bien... —un crujido se escuchó parece que no iba a soportar tu peso esa rama por lo que bajaste rápidamente, ya en el suelo extendiste el gato hacia el niño.

—Ah~ Miko~ —el niño empezó a llorar, Wakaba se asustó no entendía porque lo hacía quizás hizo algo malo —gracias one-chan.

—...

—Muchas gracias, realmente muchas gracias —le dijo el padre, Wakaba asintió —vamos Akira tu mamá debe estar esperándonos —el niño asintió se despidieron de ella dejándola sola bajo ese árbol volvió a la banca donde estaba anteriormente, allí Chuya estaba buscándola con la vista.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2023 ⏰

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