Capítulo II : Comienzos

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El cálido viento de la madrugada me surcaba la cara, la luz del sol se mostraba iluminando parte del cielo de Blidder. Ahí. Estaba ahí, chocando con la oscuridad, despidiéndola, dominando cada parte con su luz.

Yo estaba sentada sobre el césped, acuclillada entre los que ya no estaban. Oyendo al viento susurrar, los árboles silbar, al día presentándose.

—Como siempre, ella viene a visitarlos—hablo una voz a mis espaldas y me giré.

Sonreí a medias, me levanté del suelo para luego sacudirme.

—Hola—hice una reverencia amable.

—Buen día, Alice—sonrío cruzando hacia mi lado—. Hace rato no te veía por aquí, ¿has estado bien?

—Sí, algo ocupada pero bien... ¿Y usted? —suspire.

Ella camino hacia la banca de cemento a duras penas y corrí a su ayuda. Se quejó un poco para luego sentarse.

—He estado bien, algo deteriorada pero bien—aclaro a lo que asentí, sentándome a su lado.

Nos quedamos un momento en el silencio, ella empezó a tararear para luego cantar en otra lengua.

— ¿De qué habla? —dudé mientras movía mi cabeza, refiriéndome a la canción.

—De una ninfa a la cual le cortaron sus alas—respondió—. Lo hizo como un sacrificio por su amado, quien en realidad resulto no tener el mismo afecto hacia ella.

—Eso... suena horrible—la mire.

—Ella se quedó atada al suelo, observando como las demás ninfas volaban por el cielo—continuo—. Termino llorando del dolor, para luego convertiste en una laguna—respiro hondo.

—Me siento como esa ninfa—apoye mi mentón sobre un puño.

Ella se aclaró la garganta.

— ¿Qué quieres decir? ¿El joven de cabello dorado no es...?

—Oh no—salte rápido—. No me refiero a eso.

— ¿Entonces...?

—Me refiero a que me siento atada a los deberes, al punto de que no llorare, sino que estallare de la presión—mire hacia arriba.

—Alice—habló ella.

— ¿Sí?

—Respira. Toma el aire de la mañana fresca y respira.

Hice caso a su orden. Respire profundo. Cerré mis ojos lentamente y al volver abrirlos, ella ya no estaba a mi lado.

Me quedé un momento más en silencio. El estrés de mantener Blidder me carcomía mi la cabeza en las noches, ya casi no tenía tiempo de respirar esta semana con los incendios y sobre todo, con el Equinoccio Otoñal.

Me levanté de la banca y empecé a caminar rumbo a la salida. Ser casi la Reina me tenía algo, sinceramente, aterrada. La paz ya había regresado desde los sucesos oscuros que atacaron a Blidder hace casi tres años. Ahora mi preocupación era realizar y ordenar una fiesta para miles de personas y, sobre todo, para reyes. Porque si, tenía que invitar a los soberanos de los otros Reinos junto a sus Cortes. ¿Agotador? Para nada.

— ¿Paseando temprano, majestad? —alcé la vista y Jack se encontraba apoyado en la columna de cemento que formaba la entrada.

—Más bien hacia una visita—sonreí mientras crucé a su lado y le choqué el hombro. — ¿Y usted, comandante?

Él se quejó en un gruñido y me siguió el paso.

—Aún trato de acostumbrarme a ese título—dijo despacio.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2023 ⏰

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Alice y la llave de los secretos © ( #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora