Chaco

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- ¡Vamos a Chaco!- Informó entusiasmado Argentina.

- ¿Eh?- Balbuceó la mayoría.

- Nos vamos a Chaco, preparen sus cosas que mañana temprano salimos.

Las provincias más grandes empezaron a quejarse, caminando con toda la desgana del mundo hasta sus habitaciones. Las más chiquitas, a comparacion del resto, estaban felices por el viaje.

Todos ya se encontraban dentro de la casita que el chaqueño tenía en la ciudad, por suerte con aire acondicionado

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Todos ya se encontraban dentro de la casita que el chaqueño tenía en la ciudad, por suerte con aire acondicionado. Los menores de la familia estaban mirando la tele en la pieza de su hermano, mientras que los demás esperaban a su papá para que trajera el tereré por tercera vez.

Se hizo un momento de silencio entre los hermanos, hasta que el cordobés se levantó y salió afuera, sin decir nada.

- Che, ¿Ya le pusiste puerta al baño? - Inició Santa Fé cuando vio a Córdoba irse.

Todos callaron para oír la respuesta, haciendo sonreír al hermano chaqueño.

- No. Pero le cambié la cortina.- Rió en lo bajo.

- Meta remodelaciones le haces a la casa pero nunca te ocupas del baño. O sea, al menos unilo a la casa, rey.

Argentina con el termolar y y tere en manos, llegó a la mesa donde se hayaban los más grandes de la familia para así comenzar con la ronda de tererés.

- Traje los teres. ¿De qué hablan?

- Mal...- Aportó San Luis, ignorando la presencia de su papá.- Al menos una puerta, Chaco, no es muy difícil.

- Pagame vos la puerta.

- ¡Lo hago si con eso sacas la cortina chota que tenés! ¡Siempre que hay viento tengo que estar agarrandola y luego no puedo limpiarme el ojete!

Algunos lanzaron una risa al aire, otros sólo asintieron ante la fea realidad.

Todos seguían discutiendo al norteño para que reconstruyera aquella construcción que llamaba "baño", porque en verdad era detestable. En primer lugar, por la falta de una puerta. Si había viento debían sostener la cortina y arreglárselas con sólo una mano. Si querían bañarse, apoyaban la escoba sobre aquella tela para tapar la rendija que se formaba y no estar a la intemperie. Tampoco tenía luz, así que llevaban el celular para alumbrar.

Luego que está afuera, el inodoro es muy bajito, tenés que vivir a base de baldazos, las moscas...

Y para quejarse así tenían todo el día.

A mitad de conversación que ya empezaba a ser discusión, entró el cordobés al comedor-cocina, volviendo justamente del tan mencionado baño, sentándose con disgusto.

- Boludo, odio tu baño. No me canso de decirlo. Lo odio.

Buenos Aires interrogó a su hermano para saber que le había pasado en tan odiado sitio.

- Me estaba hechando un cago, y me entró una mosca en medio del orto. Man, ¡Siempre está lleno de moscas ese lugar, la pu*a madre, Chaco, ponele puerta a ese baño de mierda!

Todos entraron a carcajear a más no poder, incluso el mismo Chaco.

- Haganse culear.- Y agarró el tereré que su papá le pasó para tomarlo enojado.

Si van, ya fueron o algo parecido, a Chaco, sabrán de que hablo

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Si van, ya fueron o algo parecido, a Chaco, sabrán de que hablo.

En fin, bye.

HeadCanons [C.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora