♡Hayes♡

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Hayes y tú erais amigos desde que tienes uso de memoria. Al final, como siempre suele pasar, te acabaste enamorando de él. El problema es que estabas segura de que él solamente te veía como su "hermanita".
Era muy bueno contigo y siempre te protegía. Es más, en algunos casos incluso llegaba a llevarse buenas palizas por parte de tus "acosadores" cuando te defendía.

Cuando estabais juntos no había quien os pueda separar. Siempre os lo contabais todo y nunca os habíais guardado un secreto.

Hacía tres semanas que Hayes estaba raro. No hacías nada más que ir detrás suya para saber lo que le pasaba, pero él nunca te lo contaba. Hubo veces en las que pensaste que él se había dado cuenta de lo que sentías y que por eso no quería estar contigo. Ya no hablabais tanto por Whatsapp, ni quedabais para ir al cine. Ni siquiera os dirigiríais la palabra cuando coincidíais en clase. Tal vez... ¿Se había enamorado y no te lo quería contar?

Ya no podías más. Al final, decidiste llamarlo para que fuera a tu casa. Necesitabas hablar con él.

Tecleaste su número y le diste al botón de llamar. Tus manos temblaban. Al final, tras unos diez segundos te cogió.

- H: ¿Sí?
- __: Hayes, soy yo. Tenemos que hablar...
- H: ¿Qué te pasa? - respondió cortante.
- __: Ven a mi casa, por favor.

Pasaron unos segundos hasta que volviste a escuchar su voz.

- H: Voy en diez minutos. Hasta ahora.

Y colgó, así sin más. ¿Dónde se habían quedado esos "te quiero" o los "un beso"?

***

Diez minutos más tarde, Hayes se presentó en tu casa. Dejaste su chaqueta vaquera en el salón y le pediste que se sentara contigo en el sofá. Él prefirió sentarse en el sillón.

Tenía las manos cruzadas, y la espalda muy erguida, sin tocar el respaldo. Siempre que hacía eso quería decir que estaba nervioso. Al final, decidiste hablar.

- Hayes, no sé que te pasa, pero sé que algo no va bien... Siento que me estás ocultando algo. ¿Por qué no me lo dices? Al fin y al cabo, se supone que soy tu mejor amiga...

El suspiró. Miró hacia arriba y comenzó a hablar.

- Hay una chica. Es fantástica... Es guapa, lista, agradable, simpática... En una escala de el 1 al 10, me gusta tanto que se lleva el 11. Es única. El problema es que soy un idiota que no se la merece. No soy capaz de decir cuanto la quiero...

Tras oír esas palabras, te derrumbaste por completo. Era cierto. Hayes estaba enamorado de una chica. Y tú no podrías hacer nada. Intentaste disimular tus lágrimas sonriendo, pero él se dio cuenta, e inmediatamente se sentó a tu lado para consolarte. No querías que te viera llorar.

Ahora estabas segura de que él se había dado cuenta de lo que sentías. Ya no había vuelta atrás.
Él no paraba de acariciarte el pelo y de susurrarte cosas al oído. De repente se separó de ti y te agarró las manos. Te acarició una mejilla arrastrando una lágrima. Tú lo miraste a los ojos. Parecía triste.

- Lo peor de todo es que no he sabido valorarla hasta ahora y que, por mi culpa ella está llorando ahora mismo. Lo siento __, pero es que yo... Te quiero más de lo que piensas - dijo con un nudo en la garganta. - Y tengo miedo de que por mi culpa nuestra amistad se vaya a la mierda... Lo siento si he hecho se que te sientas mal, pero es que la idea de que dejes de hablarme me destroza.

No sabías como reaccionar. Hayes estaba enamorado de ti.

No lo pensaste dos veces y lo besaste. Él, sorprendido, te siguió el beso. No hacían falta las palabras: con aquel beso ya estaba todo dicho.

Magcon Imaginas ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora