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Cuando el avión empezó a elevarse, la bodega del avión, osea donde Rudolph se encontraba, empezó a desordenarse, aunque no estaba muy ordenado en un principio, no habían llevado el equipaje muy cuidadosamente que digamos. El vampiro había tenido que esquivar un par de maletas que le habían tirado por la cabeza. En este momento, las valijas y mochilas grandes rodaban sin control, chocaban unas con otras, y de vez en cuando perturbaban el sueño de Rudolph aplastándolo al dormir. Había un clima agradable en cuanto a la temperatura, o bueno, agradable para Rudolph, que amaba el frío como muchos de los otros vampiros.

Pero no fue un viaje para nada divertido. Duró como medio día (12hs aprox), o eso supuso Rudolph, que no tenía un reloj a mano. Se le ocurrió abrir las valijas a ver que tenían adentro, solo por curiosidad ¿qué llevarían los humanos ahí adentro? Las primeras cinco que agarró tenían candado, no quería romperlos, asi que simplemente buscó una sin ellos. Encontró una valija de tela bordó pequeña. Tenía las rueditas desgastadas del uso y los bordes con parches muy mal cocidos. Pero lo más importante era que no tenía candado con el cual impedirle al vampiro que la abriera. Rompió la cinta de seguridad de las manijas y la abrió. ¿Esto está bien? estoy invadiendo la privacidad de alguien... , pensó. De todas formas la abrió y miró que tenía adentro. Ropa de hombre vieja y llena de agujeros, una botella de agua vacía y una libreta con las hojas en blanco.

—¿Qué es esto...? ¿por qué tiene la ropa tan rota y.. una botella de plástico vacía? ¿qué no sabe lo que estas cosas le hacen al planeta? —refiriéndose a la botella. Tony una vez le había contado que el plástico estaba contaminando las calles y los mares y que algún día los taparía la basura. Eso le había preocupado mucho a Rudolph, pero también le sorprendía que Tony le restara importancia, como si estuviera naturalizado.

Revolviendo entre la ropa encontró algo que le llamó la atención; una libreta azul oscuro pequeña con las hojas en blanco y una lapicera con un tipito, rojo y azul con una araña en el pecho, en la parte de arriba. Le sacó la tapa y pintó en su mano, era tinta negra, el color favorito del chico. Parecía que era apropósito ¿una libreta vacía y una lapicera linda? ¿acaso quería que Rudolph se la llevara? No pudo resistirlo, esta vez su moral no ganó. Cerró la valija y dejó afuera esas dos cosas.

Se sentó en una valija grande y abrió la libreta. Destapó la lapicera y empezó a escribir; "El viaje de Rudolph, un vampiro en San Diego", nono, tachó; "Rudolph rescata a Tony" tacha de nuevo; "Tony" se queda pensando; "Tony pierde a su vampiro en San Diego" ¿ah? ¿que rayos estaba escribiendo?

—Uff, no sirvo para esto —cierra la pequeña libreta y mira a su alrededor— .. ¿puedo abrir otra valija?.. —se ríe— lo pregunto en voz alta como si hubiera alguien que me pueda dar el permiso

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Mientras tanto, más arriba...

Agh.. demonios, se acabó la batería, piensa Tony al ver una luz roja en su mp3 y escuchar la música detenerse, que indicaba que el aparato no funcionaba más. Tenía sentido, ni bien se había subido al avión ni se molestó en apagarlo y se quedó dormido, incómodo, pero dormido, y con música de fondo. Ahora estaba despierto y el mp3 había muerto ¿que haría del resto de las horas de viaje? estaban como a mitad de camino, volando muy arriba de mar.

—Mamáa, se le terminó la batería —le muestra el aparato apagado a su madre que estaba viendo una película.

—¿Y qué quieres que haga hijo? —responde desinteresada.

—No lo sé... pero estoy aburrido ¿qué hago?

—Mira una película —dice su padre desde más atrás sin despegar los ojos de la pantalla.

—No me gustan estas películas, o son muy para adultos, o muy infantiles, hay poca variedad

—Bueno, termina el libro que subiste aquí arriba para leer —le dice su madre señalando su mochila, que estaba a sus pies.

—Ahh cierto, me había olvidado que lo tenía, gracias ma

—No hay de qué

Tony abre su mochila y saca de ella un libro de portada mayormente verde con el nombre de "Percy Jackson and the Sea of Monsters". Estaba empezado, pero todavía no había llegado ni cerca de la mitad. Ese lo trajo de casa para leerlo en Alemania y no lo tocó en todas las vacaciones. Había ya muchos libros interesantes en el castillo como para hacerlo.

Al rato de comenzar a leerlo las letras empiezan a desordenarse, las frases dejan de ser líneas perfectas y la página en general se ve borrosa ¿qué le estaba pasando?

—Ugh.. me duele la cabeza

—¿estás bien cariño? —su madre le pone la mano en la pierna y le acaricia

—No... leer con este movimiento me marea, me hace doler el cerebro —cambia el señalador de lugar y cierra el libro.

—Uh, bueno ¿qué tal si te duermes otra siesta?

—No tengo sueño, además estos asientos son súper incómodos, me guardaré para cuando llegue a la comodidad de mi cama

—Bueno, tranquilo cielo, en un rato llegamos

—Si con un rato te refieres a 5 horas, pues sí, en un rato llegamos... —se cruza de brazos y trata de ponerse cómodo.

Hola cabeza, piensa Tony, ahora solo te tengo a ti para entretenerme ¿qué tienes para mi?... Piensa en Rudolph, piensa en Rudolph. Basta cabeza, no quiero pensar en Rudolph, ya estoy empezando a asimilar que no lo voy a volver a ver... Podrías haberlo hecho.. ¿qué? no, no podría haber hecho nada, no con todos en frente, olvídalo. Perdón, pero es mi trabajo hacerte sentir arrepentido por lo que haces o no haces Tony. Cállate, pensemos en otra cosa. Mientras más quieras olvidarlo más te lo recordaré. Que te calles. Admítelo, querías-. Lalalalalalalalala, no te escuchoo. Si sabes que la única cosa que no puedes dejar de escuchar por más ruido que haya son tus pensamientos ¿verdad? Agh.. ¿es normal esto? me estoy volviendo loco ¿Qué cosa? ¿pelearte con alguien en tu cabeza? Si.. ¿Cómo quieres que lo sepa? solo soy tú, si tú no lo sabes yo menos, pero me parece que si ¿Que si es normal? Que si te estas volviendo loco.. por Rudolph. Que te calles!!

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Por otro lado, el vampiro de pelo puntiagudo ya había olvidado qué eran los objetos personales. Había abierto cuatro valijas más. Había encontrado libros que le encantarían a Tony, ropa algo rara y reveladora... , tubos de crema y cosas para la cara, según lo que pudo leer en la etiqueta. Estaba revolviendo esa quinta cuando siente que algo le quema la mano

—La-...! —interrumpe su maldición y agarra su mano, esta se encontraba marcada e irritada en las yemas de los dedos, un tono más azul que lo normal— ¿qué demonios es esto..?

Con una prenda de tela gruesa se atreve a agarrar aquella cosa que lo había quemado

—Ugh.. joyería de plata ¿cómo no?... —suelta las joyas y se dirige a una de las paredes de la bodega- podré..?

Apoya su mano secamente en la pared y era como él pensaba, estaba fría, le ayudaría a que la quemadura no le doliera.. tanto... pero tendría que quedarse ahí.

—Malditasea, que mala idea fue esto..

Mi Pequeño Vampiro 2 // Rudolph x TonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora