𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 17

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...

-Entonces me pregunté, si los humanos damos patadas, ¿Por qué los animales no dan piesatadas? -comentó Hina

Anju había invitado a Kanako y Hinata a su casa, y ahora sus amigas estaban diciendo estupideces, como siempre

-Eso es cierto, es decir, los animales dan patadas porque ellos tienen patas, pero los humanos tenemos pies -Kinchan le dio la razón

Mientras ambas discutían sobre eso, Anju estaba sumergida en sus pensamientos

Pensaba en Shuka, obviamente, y en lo unidas que se han vuelto

Fueron sólo unos meses, pero pareciera que se conocieran de toda la vida

Pero, últimamente estaba sintiéndose rara

Cuándo la castaña se iba, una parte de ella se sentía triste, sola

Además de que se estaba sonrojando bastante seguido por sus acciones

Y también sensaciones raras en su estómago cuando estaba cerca

Pensó en la posibilidad de que le empezó a gustar, pero sentía miedo

Shuka era la única chica que se acercó a ella sin algo a cambio

Hina y Kinchan también, pero era distinto, sus padres son amigos, así que eso facilitó su amistad

En cambio Saito se dio el tiempo de conocerla, de pasar tiempo con ella, de por fin convertirla en una amiga, sin esperar nada a cambio

Su familia era adinerada, así que eso generaba que las personas se acercaran a ella por el interés, y eso obviamente le afectó

Por eso se emocionó cuando Shuka se empezó a acercar a ella de a poco, porque lo que más deseaba era ser tratada sin importar su clase social

- ¿En qué tanto piensas, Anchan? -preguntó Kinchan al ver que la menor no ha aportado nada a la conversación

-A-Ah, nada, nada -rió nerviosa

-Uuuuh~ ¿Estás pensando en algún chico? -Hina la miró con una sonrisa ladina

- ¡C-Claro que no! -se sonrojó de golpe-. ¡Deja de sonreír así, Debby Ryan!

- ¿O estás pensando en una chica? -Kinchan preguntó curiosa

El silencio por parte de Anju hizo que ambas rieran

- ¿Quién es, quién es? -presionó intrigada la menor de todas

-Si si ¿Quién es? -apoyó la otra

-E-Eh... -estaba dudando en decirles, pero eran sus mejores amigas, Hina le contó cuándo se enamoró de Furirin y Kinchan le contó cuándo se enamoró de Arisha, así que lo mínimo que podía hacer ella era lo mismo-. Shuka... -confesó en voz baja y bajando la vista tras el silencio repentino que se formó

El gritito de sus amigas la asustó

- ¿La Romeo enana? -rió Sato

¡Por favor, Señora Kobayashi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora