Minwon One Shots III

La cereza del pastel

¡Si me quisieras, esperarías!

"Amarte es demasiado difícil, Hyung".

Esas fueron las últimas palabras que intercambiaron antes de que Mingyu saliera furioso de su apartamento.

Wonwoo esperó.

Pero él nunca regresó.

O donde todo lo que Wonwoo quiere es una tajada de pastel pero termina encontrándose con su novio que desapareció hace 4 años.

Autora: akitokitoa_chan

Link: https://archiveofourown.org/works/35744761

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La única razón por la que Jeon Wonwoo regresó a Seúl es por su promoción. Francamente, no quería volver a la ciudad que fue testigo de algunos de sus mejores y, lo que es más importante, peores recuerdos. Incluso planeó rechazar su promoción, pero su madre sugirió que es una oportunidad que no debería simplemente dejar pasar.

Es por eso que, 3 años después, aquí está, entrando en una pintoresca pastelería en las calles del interior de Seúl.

Wonwoo pensó que era una buena idea inspeccionar el área antes de comenzar su trabajo el lunes. Pero en el momento en que entra, y cuando sus ojos se posan en la figura alta detrás del mostrador, Wonwoo se arrepiente por completo de haber puesto un pie en Seúl. Porque detrás del mostrador, sonriendo tan brillantemente como recuerda, está Kim Mingyu, su novio que desapareció hace 4 años.

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"Aquí está nuestro Menú. Avísanos cuando estés listo para ordenar" dice el hombre rubio, sonriendo cortésmente mientras coloca el menú frente a un distraído Wonwoo, quien está ocupado haciendo agujeros en la espalda de Mingyu, con incredulidad y rabia.

El rubio se va, pero Wonwoo no se atreve a apartar la mirada de Mingyu, que está ayudando a una dama con su pedido. Él le sonríe, mostrando los caninos con los que Wonwoo siempre fue posesivo, ajeno a la agitación en el corazón de Wonwoo.

Mingyu desapareció hace 4 años, sin dejar rastro, sin una llamada. Abandonó a Wonwoo y su relación.

"¡Si me quisieras, esperarías!".

"Amarte es demasiado difícil, Hyung".

Esas fueron las últimas palabras que intercambiaron antes de que Mingyu saliera furioso de su apartamento, diciendo que necesitaba un tiempo para pensar.

Nunca regresó.

Wonwoo esperó.

Wonwoo esperó durante un año entero, todos los días, todas las noches, con la esperanza de que Mingyu regresara, lo amara y lo perdonara por ser un imbécil egoísta. Por ser un cobarde.

Pero no lo hizo.

Y Wonwoo llegó a aceptarlo como su castigo. Durante 4 años vivió en el arrepentimiento, en la confusión.

Una parte de él estaba lo suficientemente loca como para creer que Mingyu estaba muerto.

Pero no era lo suficientemente loco como para esperar ver a Mingyu nuevamente en Seúl, esta vez trabajando en una pastelería, horneando y vendiendo pasteles a pesar de no ser goloso. Pero, de nuevo, Wonwoo entiende. Mingyu nunca fue goloso, pero siempre horneaba para Wonwoo, preparando nuevas creaciones cada vez que tenía la oportunidad de satisfacer los intensos antojos dulces de Wonwoo.

Cuando Wonwoo entró antes, sus ojos se encontraron por un breve momento antes de que Mingyu mirara hacia otro lado, atendiendo a otro cliente.

Y es lo que más enfada a Wonwoo.