Yandere - Bakudeku

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Si intentas mirar más allá de en sus ojos no encontrarás nada más que un vacío prominente que te juzga sin pudor alguno, absorbiendo cada parte de ti.

Su condición jamás lo dejará ser un niño normal por más que sus padres lo intenten; su percepción de aquello que lo rodea puede ser extremadamente abstracta para los demás que no están en su piel, ha tenido muchos inconvenientes que lo hacen cambiar de jardín de infantes con regularidad y siempre escucha aquella frase que lo trae cansado "debería intentar ponerse en sus zapatos...", definitivamente nadie podría ponerse sus zapatos.

— Lo siento...padre.

Probablemente sus padres lo intentan a diario, desde que detectaron sus actitudes extrañas y comportamiento "explosivo" a los tres años, un comportamiento casi como el de su primer hijo, se dieron cuenta que si era así, jamás podrían tener un día tranquilo; ambos hermanos no volverían a coincidir en un mismo hogar al menos hasta que el tratamiento del menor hiciera efectos.

El hijo mayor iba a terapias en horarios constantes mientras vivía con sus abuelos y era muy frecuentado por sus padres que nunca le dejaron de dar atención, era cansado y estaban dispuestos a que lo fuera solo si entonces sus dos retoños podrían estar en paz en un mismo espacio.

— Izuku, acepto tus disculpas, se que odias estos tranquilizantes...en el camino compremos algunas golosinas para ti y tu hermano — El mayor que ahora tenía un notable rasguño en su mejilla miro al niño sacar una cajita con benditas adhesivas con diseños colororidos de un cajon.

— Permiteme — su voz se escuchaba avergonzada y arrepentida; sus movimientos eran cautelosos y suaves al colocar la bendita en la herida superficial que el había causado.

Su padre le miró con cariño, una suave sonrisa fue mostrada a modo de un "agradecimiento silencioso".

— Tu mochila para salir esta lista, ponte tu abrigo y salgamos de casa.

Sus padres jamás le otorgaron la información completa de donde en realidad se encontraba su hermano, eveces se olvidaba de él, pensaba que quizá había muerto y los adultos deliraban o que tal vez padecía de una enfermedad terminal como el cáncer mientras se podria en una camilla de hospital, aunque ese último pensamiento lo acaba de crear. No le sorprende que no le dieran información alguna, en muchas ocasiones el siempre termina construyendo sus vagas conclusiones, el no quería seguir haciendo eso, los adultos con los que convive a diario en su hogar deberían enseñarle antes de que aprenda de otras partes. Es un niño extremadamente curioso, inteligente e "intenso" con las cosas que quiere saber y entender así que una negativa no hará que deje querer de saber.

Su mochila ahora parecía haber engordado y es que estaba un poco llena de golosinas y frituras, le encantaría que fueran totalmente suyas, pero tendría que compartirlas con su hermano si no quería que le doliera el estomago, no estaba contento en tener que compartir con alguien que apenas y había visto en fotos, ese niño tendría que ganarlas con la primera impresión y es que a él en realidad nadie le daba una primera buena impresión.

Suspiro pesado, siendo tomado por su padre; Izuku le tomó el gusto a ser cargado en brazos, si alguien más desea caminar por el entonces esta bien, es muy mimado. Los hospitales son carentes de calidez, luz y emoción, como el, quizá por eso parece molestarle tanto estar en estos lugares.

— Izuku, recuerda compartir las golosinas con Katsuki — después de pasar por recepción, abrió la puerta de una habitación de donde provenía la voz de una mujer sermoneando a alguien.

— Katsuki Midorya no me vengas con tus "no es nada mamá", ¡fuiste muy imprudente y tonto! Si ellos se avientan de un acantilado tu lo harás...¡de hecho lo hiciste! — su madre le tomó desprevenido aprentando su nariz hasta dejarla roja y adolorida sin importarle los gruñidos de su hijo mayor.