🎟️ Capítulo 2🎟️

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Mingi y Yunho pareciera que se conocieron en otra vida, conectaron inmediatamente, dando paso al sentimiento de comodidad para darse apoyo mutuo, para contarse secretos que no se atreverían a decir en voz alta o a destinatarios diferentes. Se volvió una amistad pura, inocente y un poco vulnerable.

Sin darse cuenta del "tic tac" de el reloj y las innumerables horas de clases que pasaron juntos se volvieron semanas, por lo que para Yunho le pareció buena idea presentar a Mingi con su madre, quién había escuchado muchas buenas cosas del muchacho que se convirtió en el mejor amigo de su único hijo.

Por lo que un Mingi nervioso se dirigía junto con el chico de igual estatura hacía unos de las zonas con más prestigio, se le había dicho que Yunho era heredero de una corporativa importante en el país, pero seguía teniendo una tranquila vida y unos sentimientos que no separaban por clases. Metido en su burbuja de incertidumbre no se percató cuando Yunho le abrió la puerta para que pasará. Mientras se retiraba el calzado escuchó al castaño avisar que había llegado.

-¡Mamá! ¡Ya estamos en casa!- Su progenitora salió de la cocina con un delantal de flores y una bandeja con galletas recién horneadas y leche fresca.

-Hola mi amor, qué bueno que ya llegaste les hice unos bocadillos.- Jiyu dejó en el comedor la comida y regresó muy animada a darle un abrazo a su hijo. Detrás de él pudo ver a un chico de la misma estatura, quién dió una reverencia.

-Buenas tardes señora Jeong, me llamo Mingi, es un placer conocerla.

-Oh basta de formalidades querido, estás en confianza me puedes llamar Jiyu, no creí que mi hijo tuviera amigos tan educados.- dio una risita mientras los invitaba a pasar. Al cabo de unos minutos hablando con la madre de Yunho y después de que está los invitará a comer algún bocadillo, se dispusieron a subir a la habitación de este, donde se apreciaban muchísimas fotografías enmarcadas, cuadros con paisajes dibujados a mano, pósters de varios grupos y también libros de cultura de algunos países.

-Tu habitación es muy linda.- dijo observando todo anonadado, no mentía, la casa de Yunho era grande.

-Gracias Min ¡Oh! Y eso que no te he mostrado esto.- el castaño corrió a uno de sus estantes y se arrodilló en el suelo mientras dejaba un portafolios en la cama.- Aquí hay fotos de todos lugares a los que fui, pero sinceramente prefiero viajar por Corea, nuestro país tiene vistas impresionantes. Por eso también los boletos de tren.- Dijo mientras señalaba una página con bastantes papeles con su nombre, se veía que amaba visitar cosas nuevas.- Es increíble Mingi. En especial en primavera o invierno, hubo una vez que fui a una excursión con mi antigua escuela, estaba lloviendo muchísimo, por lo que todos se quedaron en los dormitorios. En la madrugada me escabullí por los pasillos y salí a ver el atardecer.- Mingi lo veía con total atención que no se dió cuenta de lo tanto que quería a Yunho en tan poco tiempo, como lo incluía en todo y nunca lo dejaba de lado. Se sintió bien.- Fue una experiencia única, ¿Sabes que bailar bajo la lluvia nos hace más felices?- dijo acercándose al rostro contrario.

-¿De verdad? ¿Quién lo dijo?

-Yo, me hizo más feliz.-  Ambos chicos rieron, eran cosas tan simples que hacían una amistad tan sincera.

-Pero el profesor se molestó cuando llegué todo mojado.- Mingi negó vagamente mientras aplaudía con gracia.

En el transcurso que se conocían sabía que Yunho amaba la música y la danza. Pasaron las horas bailando y Yunho enseñándole a Mingi pasos. Cuándo Jiyun subió a verlos y decirles que ya debían ir a dormir se encontró con ambos siguiendo la coreografía de Girls generation, con algo de gracias les apagó el reproductor entre risas, y con algunos reproches de su hijo dejo algunas mantas que necesitaría Mingi para pasar la noche,  cerró la puerta y apagó la luz para que pudieran descansar. Pero ambos a las 2 de la madrugada aún no conciliaban el sueño, y mirándose mutuamente se les pasó la misma idea por la cabeza, muy emocionados tomaron las cobijas que tenían y con ayuda de muchas almohadas hicieron un pequeño fuerte en medio de la habitación, Yunho tenía una linterna y jugaba a hacer formas con las manos, contando una historia, mientras que el otro castaño narraba con voces graciosas cada detalle del relato.

"Hace mucho tiempo un ángel y un hada se encontraron entre los mares, viviendo en secreto de otra historia con más tragedias. Navegaron por días, semanas y meses, buscando la libertad de toda la tripulación.

Sin embargo, hubo un gran abismo que separó a ambos y la vida tranquila se acabó. Ellos lloraron ante la falta de tacto y las alas se quebraron esperando a su otra mitad.
<<Esperemos a que en la jauja nos encontremos de nuevo.>>
Aunque no se sabe la verdad de lo que ocurrió realmente."

Se miraron al ver que sus recuerdos y narración eran los mismos, quizás si se conocieron anteriormente solo que no lo recordaban.

No saben cuánto tiempo estuvieron así, pero cuando se dieron cuenta ya estaba amaneciendo. Desde la ventana se veían los primeros rayos de sol. Por lo que Yunho emocionado tiró de Mingi mientras abría de par las ventanas. Se quedaron en silencio presenciando el amanecer. Mingi miró de reojo a Yunho y con lo más sincero de su alma le sonrió.

-Gracias Yuyu.- el apodo le tomó por sorpresa.

-¿Por qué Minky?- siguió el juego.

-Por ser mi amigo… prometo que nunca voy a perderte.

-No la harás, quién me seguirá en mis locuras si no estás?- se sonrieron, grabándose las nubes grises y los matices anaranjados.

Dos niños dijeron algo que sus adultos no dijeron más.

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🌼: Aquí una pequeña referencia, quién la descubra entenderá el final de una de las dos historias

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🌼: Aquí una pequeña referencia, quién la descubra entenderá el final de una de las dos historias.

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