"Yunho solo tiene un boleto de ida.
Mientras Mingi lo quiere de vuelta."
🌒🌑🌑
-Primer libro: Boletos de tren.
By Woo's paint.
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Mingi se había ido hace un rato, confundido por su propia actitud y sin evitar que se notará su disconforme ante aquel escenario tan... Inesperado.
Por otro lado, Honjoong solo quedó viendo a la nada, mientras esperaba algo que lo impulsará a ir a donde Yeonjun había dicho, esperando que hubiera escuchado mal.
Se sentía traicionado, estúpido.
Si no fuera por ese jodido trabajo en grupo en el que se metió, quizás Seonghwa nunca se hubiera unido a comer con ellos ese día en la cafetería. Quizás nunca habría sido cercano con Wooyoung, quizás Seonghwa nunca hubiera conocido a Wooyoung.
¿Lo peor de todo? Era que aunque con su alma dolía ver a su amigo con alguien más, no podía odiar a ese niño, era literalmente la definición de tipo ideal en el diccionario de Seonghwa. Pequeño, gracioso, experto en el baile y tierno. Tenía todos los puntos a su favor.
¿Y él? Nada.
Aunque debía admitir que Mingi era una gran persona, siempre intentó darle prioridad. Pero en el proceso arruinó su amistad con Yunho.
Aún teniendo ese debate mental, no se movió, solo espero un poco a calmar sus celos y reposó su cabeza en el libro que hace unos minutos había cerrado.
Muy al contrario de San, que iba serio en una dirección familiar que no había visto en muchos meses. Se sintió raro al no tener una excusa clara del porqué sus pies habían terminado ahí. Pero tuvo una rápida respuesta al ver a lo lejos a un ahora pelinegro con cabello largo, Wooyoung se había vuelto un poco más atractivo de lo que ya era, pero solo un poco...
San se disponía a pronunciar su nombre y hablar como siempre, o mejor dicho intentar arreglar las cosas, descubrir la verdad de su supuesta relación y por último tener a su pequeño solecito de vuelta.
Nada salió como lo planeó.
Porque de repente vio cómo el menor se abalanzaba hacía un chico alto, pelinegro, que le traía una malteada de fresa mientras le daba pequeños besitos en las mejillas ruborizadas.
Al afinar más su vista, aclaró sus incertidumbres.
Definitivamente se trataba de Seonghwa.
Por eso mismo regresó sus pasos y apretando sus nudillos a la manga de su mochila, vio como este depositaba un beso en la frente de Wooyoung a la par que rodeaba su pequeña cintura y lo apegaba a su torso.
La persona perfecta para Wooyoung, era la persona que quería ser.
San quería ser Seonghwa... o mejor dicho solía ser Seonghwa.
Y eso fue lo que más le dolió.
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