Armonía

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[En la oscuridad de antes de las doce, existe una armonía entre Tony, Steve y Peter]

Antes de tener a Peter bajo su cuidador, Tony Stark solía ser un caos. Uno en el buen sentido, se decía, alguien que podía estar en una fase de descontrol y poner todo en orden al instante si era necesario.

Después de tener a Peter, supo que su vida ya no sería como antes. Ahora ya no podía darse el lujo de tener un estilo de vida descuidado, desde el momento en el que tuvo a su hijo en sus brazos supo que haría todo lo necesario para ser un buen padre.

Los amigos de Tony se sorprendieron con el cambio, obviamente lo entendieron y también lo apoyaron en lo que pedía. Sin embargo, que del Stark que salía de fiesta casi todos los días de la semana a uno que apenas si ponía música por miedo de despertar a Peter, había una gran diferencia.

La primera navidad de Tony con su hijo fue peculiar, trató de dar lo mejor de sí y planear una navidad que Peter no recordaría aunque quisiera, después de todo, aún ni cumplía un año.

Entonces sí, desde que tuvo a Peter dejó de lado el caos que era su vida. De vez en cuando extrañaba salir y beber hasta no recordar ni su nombre, pero no lo haría, no podía. Bruce se había ofrecido a cuidar a Peter por él, y aunque había aceptado, estando en el club de la ciudad, una sensación lo embargó y decidió volver a su hogar.

Ni siquiera para recibir el año nuevo salía a festejar, simplemente esperaba en su sillón mirando la transmisión de la cuenta regresiva. Creía que en unos años, cuando Peter tuviera criterio, quizás podría salir por horas.

Obviamente estuvo equivocado. Ni siquiera cuando Peter cumplió siete años, ni tras conocer a Steve, pudo pasar más de ocho horas separadas de su hijo. Así que, cuando su pareja pasó su primer año nuevo con ellos, estuvo más que aliviado al saber que Steve usualmente no salía en ese día. Esto era de esperarse por el comportamiento del rubio, pero igual sintió alivio.

Así que en ese momento, Peter dormía entre ellos, Steve y Tony se encontraban viendo en la televisión la misma ceremonia que se transmitía cada año a las doce de la noche. El programa que recién encontró hace algunos años.

–¿Sabes? Puedo quedarme a cuidar a Peter por si quieres salir a algún lado.

–¿Hm? ¿Por qué querría salir?

–Tal vez... No lo sé, quizás ahora que Peter está más grande... ¿No extrañas tu vida de antes?

Tony lo pensó aunque la respuesta era obvia.

–¿La verdad? No.

–¿Nada?

–Ajá. Es gracioso lo mucho que un hijo puede cambiar. Me siento bien así, con Peter y...

–¿Conmigo? –fue un comentario suave, en forma de broma pero albergando un rastro de esperanza.

–Sí, la verdad es que sí.

Otra vez silencio.

–Ya van a ser las doce.

–¿Cómo lo sabes?

–El reloj de Peter brilla en la oscuridad.

Y era verdad, solo que hasta ese momento no había caído en cuenta de que su hijo lo usaba.

–Otro año más. Ah, no quiero que llegue el año donde Peter no la pasé aquí.

–Falta mucho para eso.

–Lo sé. Igual es raro.

Steve miró a Tony aunque no pudiera distinguirlo con claridad.

–Peter nunca te va a dejar para siempre. Es un buen niño.

Tony rio, uno de sus preocupaciones era que su hijo, de algún modo u otro, creciera con un tipo de resentimiento hacía él. Las posibilidades eran pocas pero existían y, a veces, era demasiado para él.

–Sí, sí lo es... ¿Cuánto falta para que sea mañana?

–Unos minutos.

Usualmente, la cuenta regresiva de Tony hacia las doce era un caos. Música, gritos, efusión, tanto desorden que entumecía sus sentidos. Ahora, mientras esperaba el paso de los minutos, sintió una extraña sensación en su pecho, sentía calidez en ese espacio y sentía que el caos se desvanecía. No, el caos siempre estaría ahí y sería parte de su vida, pero ya no tenía que vivir en un frenesí sin detenimiento, ahora el caos que era lo dentro podía estar en armonía con el exterior.

Se acercó y abrazó a Peter, entrelazó su mano con la de Steve y suavemente escuchó el latido de los corazones de ambas personas.

–Cinco minutos –dijo Steve.

–¿Sabes? Cuando aún vivía con mis padres, ellos hacían estas reuniones con amigos y familiares.

–¿Sí? ¿Y solías ser un hijo ejemplar?

–Claro, era la envidia de los demás padres... La cosa es que debía decir por qué me sentía agradecido del año que se iba. Y, y no me gustaba hacerlo, más que todo porque era una obligación, pero ahora... Steve, dime que lo sabes.

–Lo sé, no te preocupes. No debes decirlo, sé que puede ser algo difícil.

–En serio te amo.

–Y yo a ti. ¿Sabes por qué estoy agradecido?

–¿Por mí?

–Noo. Bueno sí.

Ambos rieron y se acercaron al reloj de su hijo, las luces que resplandecían en el aparato indicaban que en un minuto y unos segundos sería el fin de ese año. Uno de los mejores para ambos.

–¿Debemos despertar a Peter?

–Estoy despierto.

La suave voz se filtró en el silencio y sorprendió a los dos hombres.

–Hey, desde cuando estás despierto.

–No mucho. ¿Quieren saber por qué yo estoy agradecido?

Hubiera sido un momento tierno y adorable pero obviamente Peter aún era muy joven y la razón de su agradecimiento era la película de superhéroes que habían visto los tres. Eso sí, rescato la parte de pasar el tiempo con Steve, con su papá Steve.

–Diez segundos.

Tony en ese lapso de tiempo y estando a oscuras y sintiendo a las personas más importantes de su vida, sintió felicidad.

–Cinco.

Estar con ellos en armonía.

Y antes de que fueran las doce, un segundo antes, Tony se apresuró y beso a Steve, suavemente, sin necesidad de esforzarse, solo un movimiento natural y casi automático. Luego un beso en la frente de su hijo y la celebración se mantuvo en esa forma. Felicidad.

Felicidad y armonía.

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Opd se acabó el año otra vez. Ya van tres años desde que publiqué el primer capítulo de este y del de Navidad.

Feliz año a todos y todas :D que este 2022 sea mejor y que todos se sientan de 22 como diría la Taylor Swift.

Feliz año! :D

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2022 ⏰

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Beso a las doce [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora