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Casi me da un infarto. Alcé la mirada para encontrarme con un niño de cabello castaño y una camisa azul con una línea blanca a la mitad. Me quedé mirándolo, la mejor casualidad del mundo. Me limité a asentir a su pregunta, el sonrió.

—Me llamo Gregory, ¿y tú?—realmente me dio ternura.

—___, ___ Afton.—sonreí, o algo parecido. Él me extendió su manito, yo la agarré y me levanté sin tirar de ella.—¿Qué haces aquí?—él se quedó en silencio observando a algún punto fijo, con la mirada perdida.—Perdón, no quise hacer alguna pregunta idiota, vamos a ver como salir de aquí.—me miró y asintió tomando mi mano. Estuvimos un buen dando vueltas por allí. 

—Veo... Borroso.—me dijo justo antes de quedar inmóvil.

—¿Ah? Tal vez te has mareado, ¿te encuentras bien?—le pregunté preocupada agachándome para estar a su altura. Segundos de silencio después, yo también comencé a ver borroso. Miré por encima de su hombro y aunque no era una imagen nítida, pude reconocer un... Conejo? Me levanté de golpe, llevaba algo en la mano y no se veía como algo inofensivo. Comencé a correr con Gregory hacia donde fuera, solo lejos de aquel. Poco a poco, la visión borrosa comenzó a desaparecer y cuando lo hizo por completo, el conejo también. Me paré y me di la vuelta agachándome para ver que el menor estuviera en buenas condiciones. Estaba respirando agitadamente, pálido y con sudor frío. Lo senté en el suelo y le dejé respirar.

—Tal vez F-Freddy ayude—dijo aún respirando irregularmente.

—¿Freddy?—pregunté ladeando la cabeza.—No creo—miré a otro  lado. Ambos comenzamos a ver borroso otra vez, eso me hizo cambiar de opinión rápidamente.—algo es mejor que nada CORRE—él seguía cansado así que lo cargué en mi espalda para volver a correr. Él me iba dando más o menos indicaciones de donde ir, tampoco parecía conocer el lugar pero ubicaba ciertas cosas. Llegamos al camerino de Freddy, o su habitación, no sé como llamarlo. El caso es que lo dejé en la puerta.

—Escóndete.—asintió y corrió dentro. Yo agarré un cubo de juguete que había por allí tirado por los niños y se lo tiré al conejo, juraría que se me quedó viendo un momento, tal vez me miró raro por lanzarle un juguete, seguidamente entré a la misma sala a la cual entró Gregory. Automáticamente comencé a ver bien.

—¿Gregory?—pregunté al aire en voz baja tratando de hacer que Freddy no me notara, lo que no esperé era que él respondiera.

—Está aquí.—dijo casi con tono alegre el oso. Me quedé estática en mi lugar, ¿Acaso debía responderle?

—Ah... ¿Cómo?—peor quedé cuando Freddy se dio la vuelta abriendo un compartimento en su abdomen y Gregory saliendo de este.

—Wenas—sonrió el pequeño.

—Con esconderte no me refería a... Eso.—los miré nerviosa. Pude notar que el robot me miraba con máxima atención, de la nada, bruscamente subió las orejas y me miró feliz.

—¡Eres la fanática de Monty!—

—¿Ah?—cada vez me perdía más.

—Él me habló de una chica que traía un peluche suyo, se notaba feliz. Justo me describió a alguien igual a ti.—rebosaba energía positiva.

—Oh, cierto, el muy cabro se lo robó.—me crucé de brazos.

—Vocabulario!—tanto Gregory como yo reímos ante eso.—Cierto, ¿por que huíais?—nos miró a ambos.

—Algo nos perseguía! Fue horrible.—el pequeño hizo señas extrañas con las manos mientras hablaba. Freddy lo miraba enternecido. Sin más se acercó a él y lo alzó en brazos.

𝙊𝙪𝙩 𝙤𝙛 𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙤𝙡-[𝙂𝙡𝙖𝙢𝙧𝙤𝙘𝙠 𝙁𝙧𝙚𝙙𝙙𝙮 𝙭 𝙇𝙚𝙘𝙩𝙤𝙧𝙖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora