9

263 49 7
                                    

Eijiro visualizó a su amigo rubio regresar a la sala de karaoke, seguido de su amigo de cabello rizado. Parecían estar bien, pero Bakugo tenía las mejillas irritadas y tanto su cabello como su cara estaban húmedas. Era improbable que hubiera ido a darse un baño, pero quién sabe, no entendía muchas cosas sobre ese chico.

Kaminari cantaba a todo pulmón. No era el más afinado, pero se le notaba la pasión. Ashido era igual, solo que un poco de más técnica que el chico. Cuando Denki vio a Katsuki entrar, dejó de cantar para responderle usando el micrófono que sostenía:

—¡Ya llegó mi buen amigo, Katsuki! — Lo señaló—. Y parece un perro mojado— Se rio sonoramente y los otros chicos lo hicieron también.

Una vez terminada la canción, el pelirrojo se acercó a la orilla del sillón donde Bakugo se había sentado para no atravesar la habitación.

—Hey, ¿todo bien?

—Sí, estoy bien.

—¡Qué bueno! Me había preocupado de que Kaminari hubiera cruzado una raya. Hey, si alguna vez decimos o hacemos algo muy pasado de tono, avísanos, ¿sí?

Solo lo miró con atención. Asintió y regresó su mirada al frente. No podía dejar de pensar en lo bueno y amable que era ese chico; en cómo, ni en un millón de años, alguien como Bakugo Katsuki se merecería a alguien como Kirishima Eijiro.

 No podía dejar de pensar en lo bueno y amable que era ese chico; en cómo, ni en un millón de años, alguien como Bakugo Katsuki se merecería a alguien como Kirishima Eijiro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Solo permanecieron una hora más antes de irse. Se separaron y al final, quedaron los cuatro chicos de la misma universidad juntos. Sero propuso que aún no fueran a casa (al parecer estaba evadiendo sus responsabilidades) y que pasaran a una plaza por un café. A los demás les pareció bien.

Caminaban por la plaza de dos en dos, Kirishima y Bakugo yendo de lado a lado. El pelirrojo sacaba la plática, mientras que Katsuki mayormente asentía y respondía con uno que otro sonido de afirmación o de negación. Estaba bastante metido en sus propios pensamientos, siendo las palabras: "No lo mereces" recurrentes de tanto en tanto.

—Oigan, me gusta el café de aquí, ¿quieren probarlo? — Fue Kirishima, señalando una cafetería frente a la que pasaron caminando. Los demás asintieron.

Bakugo, por primera vez en un buen rato, elevó la mirada y verdaderamente se dispuso a prestar atención.

—¿Qué pides, Kirishima? — Preguntó.

Pensó, para merecer a alguien, primero debía demostrar que le importaba.

—Oh, pues me gusta el capuchino con extra crema.

—¿Leche regular o de alguna otra?

—Deslactosada por favor.

Había sido un gesto bastante sencillo, pero la amabilidad que estaba demostrándole era inusual. No era que Katsuki fuera demasiado grosero con él habitualmente, parecía respetarlo más que al resto, sin embargo, fue una sensación algo distinta. Y eso, francamente, le había gustado.

Estelar | KiriBaku/BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora