117

374 59 2
                                    

- Uh, ¿Qué pasa con Erich? ¿No está comiendo?

Erich no bajó al comedor esa noche. Respondí a la pregunta de Cabel con una sonrisa

- Sí, supongo, no tengo ni idea.

Cabel se quejó de la comida que comía en la mesa, pero sus palabras no llegaron a mis oídos.

A altas horas de la noche, estaba sola en mi habitación cuando de repente escuché un sonido de arañazos en la puerta. Pensé que era Penny, así que caminé hacia la puerta, pero de repente el pomo de la puerta giró y Penny corrió a mi habitación.

Abrió la puerta ella misma y abrí la boca un poco atónita, mirando a Penny que entró.

- También entraste en la habitación de Erich en ese momento ¿No?

- ¡Guau guau!

Pero, a diferencia de lo habitual, Penny me rodeó y tiró de mi falda que me llegaba a las rodillas. La miré con asombro y salí mientras Penny me guiaba. Cuando salí de mi habitación, su fuerza que tiraba del dobladillo de mi falda desapareció. Pero, al momento siguiente, Penny, que corrió frente a mí, ladró. Ella miró hacia atrás como si quisiera que la siguiera. Sintiéndome sospechosa, caminé detrás de ella.

Penny me llevó al comedor con las luces apagadas. El pasillo estaba tan oscuro, excepto por la luz sutil que salía de la ventana.

- ¡Guau guau!

- Shh. Penny, cállate.

Encontré a Erich sentado allí. Se enfrentó a Penny, que corría hacia él y luego se detuvo cuando me vio detrás de ella.

Rara vez había una botella de licor frente a Erich. Me sorprendí un poco cuando vi accidentalmente lo que estaba haciendo. Y Erich, que fue sorprendido bebiendo alcohol solo, también se estremeció. Pronto, sin embargo, volvió la cabeza, fingiendo no verme.

- Erich, tú...

- ¿Qué? ¿Quieres decirle a mi hermano?
Erich me respondió con frialdad. Pero aun así me respondió. Me alivió el hecho de que pensara que no era nada.

- Dame un vaso también.

La mirada de Erich se volvió hacia mí mientras hablaba mientras estaba quieto. Sabía que no lo permitiría, así que tomé la botella antes de que pudiera responder.

- ¿Ni siquiera te das cuenta? No quiero beber contigo.

Mientras pensaba, su frío rechazo resonó en mis oídos cuando me senté a su lado. Pero fingí no escucharlo y tomé la botella frente a mí, empujando su mano sin dudarlo.

Erich abrió la boca como si estuviera estupefacto cuando me vio beber alcohol de la botella. El alcohol que bebí después de mucho tiempo fue muy amargo. Dejé la botella, respire hondo, exhalé y le pregunté - ¿Me odias ahora...?

Quizás debido al fuerte alcohol que acababa de beber, mi voz sonaba un poco ronca. Erich cerró la boca tan pronto como me escuchó y su mirada dura clavó mi rostro por un momento. Pero no dijo nada. Sacó la botella de mi mano y bebió el licor como yo.

- Te odio...

Erich abrió la boca un momento después, repitiendo mis palabras.

- No me mires así. ¿Cuándo dije alguna vez que te odiaba?

Todavía tenía frío, pero mientras lo escuchaba, el miedo en mi mente desapareció gradualmente.

- Todavía necesito algo de tiempo para organizar mis pensamientos. Si me dices que te trate como si nada en este momento, es demasiado.

Cuidado con esos Hermanos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora