Capotulo 19

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- Mi nombre es Johannes Bastier. Es un honor conocerla, señorita Hari Ernst.

La primera vez que lo conocí fue justo después de que mi matrimonio estuviera medio decidido.

¿Por qué estaba medio decidido? Porque, sorprendentemente, Eugene me permitió tomar la última decisión sobre este matrimonio.

Johannes Bastier, a quien conocí en el momento señalado, era un hombre de aspecto pulcro con ojos azul oscuro.

- Es la primera vez que la saludo en persona.

- ¿Nos hemos visto en algún lugar antes?

- La he visto antes desde la distancia, así que probablemente la señorita Ernst no me conozca.

El tiempo que pasé con él fue cómodo.

Durante todo el tiempo que hablamos me di cuenta que Johannes Bastier no era alguien que sonriera a menudo. Aun así, era un hombre considerado que siempre trataba bien a las personas, con respeto.

Nos reunimos dos veces y decidí continuar con este matrimonio.

Honestamente, no tenía un amante y tampoco había soñado con el matrimonio. Así que pensé que estaba bien casarme con un hombre decente y dejar a los Ernst.

A decir verdad, era un novio perfecto y tuve mucha suerte de casarme con él.

Así que siempre me preguntaba ¿Por qué un hombre tan maravilloso como él seguía soltero? y ¿Qué le pasaba a Eugene?

¿Por qué Eugene eligió a un candidato a matrimonio tan excelente para mí después de que permanecí durante 20 años en esta casa y me convertí en una solterona?

Tuve que quedarme despierta toda la noche pensando en eso.

Bueno, mi futuro esposo era excelente. ¡Hasta el punto en que sonreía todos los días a mi vestido de novia!

Pero ahora tenía 7 años, no 27.

¡Cómo pudo pasar esto!

*******

- Señor. ¡Mayordomo!

Mientras me sostenía de la pared y me lamentaba, vi a Butler Hubert ante mis ojos y corrí hacia él.

- ¡Hoy comí pepinos! ¡Y me he comido dos brócolis desagradables!

Lo dije y volví la cabeza directamente hacia él.

- ¡Buen trabajo!

- Jeje... Me reí cuando sentí su toque en mi cabeza.

Honestamente, a esta edad, estaba avergonzada de hacer esto. ¡Pero no me importaba! ¡Ahora tenía 7 años!

Cuando el mayordomo y la duquesa Ernst me dieron unas palmaditas en la cabeza, me sentí mejor de lo que pensaba cuando recibí este tipo de cumplido de alguien.

Sin embargo, a diferencia del mayordomo Hubert, dudé un poco en hacerle esto a la pareja Ernst por muchas razones.

Todavía eran amables conmigo, pero yo no era una niña de 7 años por dentro, así que era difícil para mí actuar como una niña que no sabía nada.

No tuvo nada que ver con la sensación de incompatibilidad que sentí el otro día. Sin embargo, desde que llegué a esta casa y les quité su amor, siempre sentí que había dejado una herida irreversible en la infancia de los tres hermanos.

No me di cuenta porque era joven en ese momento, pero ahora los veía con ojos de 27 años.

Como se ve, eran jóvenes y necesitaban el amor y la atención de sus padres. Me sentí extraña justo después de pensar en ello.

Cuidado con esos Hermanos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora