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—¿Y bien niños, qué pasa?
Preguntó el mayor con una ligera sonrisa y los menores se quedaron en silencio antes de hablar.
—Queremos irnos de la mansión Namikaze. —Empezó la mayor— y como el abuelo Hirusen dijo que nosotros somos ahora los actuales líderes del clan Uzumaki, supongo que somos libres de depender de ellos ahora, ¿no?
—Así que, al igual que los otros clanes tienen sus mansiones, de ser posible nosotros nos queremos ir a la mansión Uzumaki. —Concluyó el menor dejando sin palabras a los ancianos.
—Primero que nada. —Danzo fue el primero en reaccionar— ya era hora niños, se estaban tardando. —Sonrió.
—Supongo que esta vez estaré de acuerdo contigo. —Sonrió un poco— pero puedo preguntar, ¿su decisión es por lo que paso en el cumpleaños, verdad?
—En parte. —Asintió la niña— literalmente nuestros padres nos desheredaron del clan Namikaze, además de que.. Otra vez, se olvidaron de nosotros, lo único que nos queda es el clan Uzumaki y si nos quitan eso... —Suspiro— en todo caso, ya no queremos estar en un lugar que no nos quieren e inclusive se olvidan de nosotros.
—Y yo apoyo a mi hermana. —Soltó un ligero suspiro mientras juntaba sus manos— ya mamá y papá no nos quieren.. No veo porque tengamos que seguir ahí. —Bajo la mirada y Narumi desvío la suya mientras inconsciente formaba un puño con si mano.
Por el lado de los mayores, a estos se les formó un nudo en la garganta, maldiciendo de una y mil maneras lo que aquella pareja les estaba haciendo a sus pequeños, definitivamente no podían quedarse sin hacer nada y solo les quedaba apoyarlos en todo lo que ellos quisieran hacer.
—Además. —Narumi volvió a hablar llamando su atención mientras está tenía una sonrisa— decidimos que queremos entrenar para volvernos más fuertes y estando en esa casa, no lograremos lo que queremos.
—No necesitan decir más. —Afirmó Hirusen— haré el papeleo necesario para darles los certificados de líderes de clan, solo necesito la firma de Kushina.
—¿No será difícil conseguirla?
—Para nada, se la pediré cuando esté con sus tesoritos y así no prestara atención a lo que este firmando. —Sonrió con gracia— que ella no lea ya no es culpa mía.