"The Purge" • Lee know •

#Hora 1

Omnisciente:

Para llegar a la ciudad falta recorrer varios kilómetros. Y Haneul ya iba atrasada con el tiempo. Park iba a la mitad de la carretera cuando notó que sus frenos no servían, y si sacaba el pie del acelerador su destino era chocar o volcarse.

Al final encontró el problema del vehículo: la falta de líquido para frenos. El auto de detuvo lentamente y Haneul observó que la noche estaba llegando.

"Esto no puede estar pasando, maldita sea" Pensó la joven.

Buscó en el compartimento dentro del auto el liquido que este requería. No había comprado nada para el auto, ya que de eso se encargaba su hermano los fines de semana. Lo único que tenía era una rueda de repuesto.
Sacó su teléfono dispuesta a llamar para pedir ayuda pero entonces escuchó algo que la dejó paralizada. *Una voz lejana que salía de los parlantes de toda la ciudad.*

"Al sonar la alarma, todos los crímenes incluyendo el asesinato, serán legales durante las siguientes 12 horas. Los servicios de policía y emergencia médica no estarán disponibles hasta mañana a las 07:00am cuando acabe la purga Bendita sea nuestra nación, un país renacido. Que dios los acompañe."

Neul miró nerviosa su reloj, éste marcaba las 19:00pm. La purga había dado comienzo.

El sonido de una motocicleta hizo que Park se alarmara, regresó al asiento del piloto y volvió a conducir, a pesar de los frenos en mal estado. No pasó mucho cuando la joven se dió por vencida, de cualquier manera su destino era morir... O eso creyó en ese momento. Apagó el auto y le puso seguro a las puertas, trató de esconderse y tapó su boca con sus manos tratando así de controlar sus nervios. Cuando la moto estuvo lo suficientemente cerca de el Mustang, Haneul se agachó aún más.

Escuchó el ruido pasar junto a ella y contuvo la respiración. Soltó un tembloroso jadeo cuando la luz de la moto traspasó el parabrisas, se habían detenido frente a ella.
Con un movimiento disimulado, Neul levantó la vista para ver de quién se trataba, y era él, el chico de la tienda, quien anteriormente le había sonreído.

Este la observaba con la misma expresión aterradora mientras sostenía un bate en sus hombros. Ella se volvió a esconder cuando dicho chico empezó a acercarse. El auto se tambaleó cuando este subió al capo del auto y se inclinó de cuclillas frente al parabrisas encontrando a una asustada Haneul.

Su sonrisa se volvió aún más escalofriante, con la mano que no sostenía el bate señaló a un costado dando a entender que se tenía que bajar del vehículo. Esta no se movió ni un centímetro, el miedo se había apoderado de ella. El hombre se levantó de manera brusca y subió al techo del coche, sus pisadas hacían eco en el interior.

La mente de Haneul funcionaba con rapidez y pensaba en todas las medidas de seguridad posibles para escapar, pero era totalmente imposible.
El bate golpeó con fuerza el auto y Park saltó del susto, tomó su celular y vió la infinidad de llamadas de su familia.

Estaba dispuesta a regresar la llamada para pedir ayuda mientras aquel hombre seguía impactando el bate fuertemente en el Mustang.
Había encontrado el número de su padre, cuando las luces se apagaron junto con los golpes, el desconcierto y la inquietud regresaron a ella.

De repente el parabrisas estalló, varios vidrios llegaron hasta el rostro de la chica, pero no había tiempo para preocuparse por eso. Una mano la tomó del brazo y la sacó bruscamente del auto.
Fue arrastrada por el capo hasta llegar al pavimento, gritaba y se retorcía tratando de así poder soltarse, la moto entendió nuevamente la luz y vió que había una persona más en esta, pero ella solo pudo ver la silueta.