With You|Yoonmin

II

Después de llenar sus estómagos, ambos chicos salieron satisfechos del pequeño restaurante familiar.

—¡Hace un buen día! —expresó, mientras apretaba las correas de su mochila y miraba hacia el cielo azulado con una sonrisa.

El día era muy fresco y agradable. El cielo en ese día de primavera era realmente hermoso. Las calles estaban adornadas por lindos pétalos de cerezo, sin dejar atrás a la leve y refrescante brisa.

—¿Crees que me moriré en un día así? —preguntó, ganándose una mirada de confusión por parte del pálido.

—¿No te deprime pensar eso?

—No especialmente —contestó, sin darle mucha importancia—. ¡Mira, mira! ¿No te parece que el nombre de esta cafetería es perfecto para nosotros? —le dijo al pelinegro, quien observó el letrero que era señalado por el de manos pequeñas.

Se paró a un lado y leyó el nombre de la cafetería.

"Serendipity"

—Vamos a entrar —dijo, con emoción.

El chico de cabellos negros negó con la cabeza y le siguió un poco fastidiado. Entraron a la cafetería y tomaron asiento en una mesa para dos cerca de una ventana.

Más tarde llegó un mesero con ambos pedidos.

—Parece que este sitio está genial, ¿no? —Sonrió, tomando un trago de su té con miel.

Al no recibir una respuesta por parte del chico frente a él, siguió hablando.

—Oye... —empezó—. ¿Sabes por qué los cerezos florecen en primavera? Después de que caigan todas las flores la siguiente generación de brotes termina al cabo de tres meses, pero se quedan a la espera para que llegue el calor para florecer todas al mismo tiempo —su voz cada vez se volvía más calmada—. El cerezo espera el momento adecuado para florecer. Es muy interesante, ¿verdad?

El chico de ojos gatunos solo se limitó a escuchar con atención, bebiendo en silencio de su café.

—¡Ah! —gritó, emocionado—. Voy a contarle a Seokie sobre este lugar —comentó, mientras tecleaba algo en su celular—. Tengo una idea, ¡algún día deberíamos venir los tres! Ya sé, dame tu número de celular.

—Ni hablar.

—Oh... Vamos, dame el celular. —Extendió su mano—. No seas así. —Hizo un puchero—. Me voy a morir pronto. Así que tampoco tendrás que aguantarme por mucho tiempo.

El pelinegro le miró fijamente, sin poder resistirse ante el puchero del rubio, quien sonrió victorioso cuando después de soltar un bufido extendió su celular hacia él.

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"Se ha confirmado la muerte de un joven apuñalado. De momento..."

—Ya llegué —anunció, quitándose los zapatos.

—¿Te hago la cena? —La mujer despegó la mirada del televisor.

—No es necesario —respondió, pasando de largo la sala y subiendo las escaleras que le llevarían a su habitación.

¡Muchas gracias! Estoy muy agradecido de que hayas salido hoy conmigo. ¡Me lo he pasado genial! Vamos a seguir siendo buenos amigos hasta que me muera. ¡Nos vemos! ><

El pálido suspiró mientras leía aquel mensaje de texto.

Había sido un día muy extraño.

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