Casi siempre acostumbraba a almorzar solo. Algunas veces solo su mejor amiga Osana le hacia compañía, que tal vez no era precisamente amena pero si la quería y jamás rechazaría cualquier ofrecimiento suyo.
Sin embargo, ese día Osana faltó a clases, aparentemente por un dolor estomacal de un almuerzo que ella misma se había preparado. Se sentía ligeramente culpable por ello, ya que el día anterior, su amiga se había acercado a él invitándolo a probar un almuerzo casero, cosa que en un principio aceptó gustoso, pero sintió que Osana estaba incómoda por lo sonrojada que se había puesto, y no tuvo mejor idea que hacer una broma para romper el hielo.
"¿Por que no lo pruebas primero? Temo que le hayas puesto algún veneno o algo así."
Claramente no pensaba eso, pero era un pretexto para hacer que la chica se relajara. Osana le miró molesta gritándole que era un tonto desagradecido y le arrebato su porción para llevarselo a la boca y masticar furiosa sin dejar de observarlo con reproche. No pasó mucho tiempo para verla abrir los ojos y hacer una mueca de obvio disgusto, para luego salir corriendo hacia el baño mas cercano mientras tapaba su boca intentando encubrir sus arcadas.
Eso le había sorprendido. No creyó que la comida estuviera tan mala porque, a juzgar por su aspecto, lucia muy apetecible, pero para estar seguro decidió que no comería.
En el día de hoy optó por almorzar en la azotea, y encontró lugar en una banca donde solo había un chico, de su mismo curso pero de otra división. Recordaba que su apellido era Takeda. Él ni siquiera se inmutó cuando se sentó a su lado y comenzó a comer tranquilamente. Parecía realmente ocupado organizando manualmente algunas fotografías en una carpeta con folios divididos y rotulados con números y letras. En ese instante recordó también que era parte del club de fotografía, aunque no le hizo falta esforzarse puesto a que era algo obvio. La cámara colgada en su cuello era la evidencia de ello.
Se debatió unos momentos antes de decidir si hacer alguna conversación o no, y a pesar de que no era del todo sociable sumado a que su compañero estaba muy ensimismado se animó a entablar una conversación.
Y para su sorpresa y alivio el que comenzó hablando fue Takeda, quien repentinamente volteo a verlo luciendo algo perturbado.
- Oye, ¿Qué opinas de esta foto?.
No era la charla que esperaba pero al menos era algo.
El chico Takeda le señaló una de las tantas fotos que aun no guardaba en los folios.
-Mm bueno... no se mucho del tema, pero es una buena toma.-dijo, sincero en todos los aspectos.
No había mucho que decir. Era una foto del patio central del instituto, con la fuente en una esquina por el ángulo en donde fue tomada la fotografía, y era claro que lo había hecho cuando el lugar estaba vacío. Desde su perspectiva no encontraba algo para admirar, mas allá de que era su sitio de elección para leer, pero nada mas que eso.
-Bien, ya entendí. Es basura. -dijo ofendido guardándola en el fondo de la carpeta, suelta, para después deshacerse de ella correctamente.
Taro frunció el seño. Su opinión no había servido para nada.
Iba a decir algo sobre ello cuando una de las fotografías que ya estaba clasificada con su número y letras le llamó la atención. Era una estudiante de la escuela, de pelo azabache atado en una coleta y de medias igualmente negras. La chica se encontraba de pie, con la espalda apoyada sobre uno de los cerezos que cercaban la gran entrada de la escuela. Su pose era completamente casual porque no había mirado la cámara, sino que su vista estaba enfocada en la pantalla de su celular. Su flequillo cubría parcialmente sus ojos, pero su expresión era neutra mas que fría, como si fuera un ser sin expresiones. Algunas hojas de cerezo caían hacia el suelo adornando la escena como si fuera una verdadera sesión fotográfica. Creyó imposible que fuera planeado, porque le parecía tan espontaneo que era lo mas cercano a la perfección natural que nunca antes había visto.
ESTÁS LEYENDO
Casual (Yandere Simulator- One Shots)
FanfictionPortada: https://bbreaad.tumblr.com/post/179959584014 El corazón de Ayano Aishi le pertenecía únicamente a Taro Yamada. Ella ya se lo había entregado desde el primer momento en que lo vio, a pesar de que él aun desconocía ese hecho. Sin embargo, la...