Siempre vigila.

11 0 0
                                    

Una leve respiración se notaba en una habitación algo vacía, una chica normal y tranquila realizaba sus actividades con calma y en paz, no le molestaba nada, no al punto de querer hacer a su corazón dejar de latir, no sentía nada malo, todo parecía ir bien y de una forma tranquila, cuando escribía con cuidado cada letra, cada número, todo se sentía con una calma tan reconfortante que le hacía pensar que al fin estaría bien con ella misma, que nada malo ocurriría, que por fin su vida tomaba un curso alegre, cuando la calma recorría su cuerpo, un cabello cayo de su cabeza, el cabello cayo lentamente hasta posarse en su cuaderno lleno de números, su corazón dejo de responder, sus ojos miraron con terror hacia aquel cabello, su cuerpo se sintió morir por unos segundos, cada emoción pego con fuerza hacia su cuerpo en tan poco tiempo, en ese pequeño segundo supo que era lo que pasaba, una atrocidad pegada a su espalda rebuscando en su cabeza que cabello alar y que otro no, alar el incorrecto le causaba un dolor de cabeza y alar el correcto solo demostraba que aquel que estaba en su espalda era el estrés, una aberración que le molestaba y hacia que un miedo a algo que ni si quiera debía de dar miedo se presentara, algo que hacía a su respiración parar y a sus pulmones contraerse, nunca pensó que aquello en su espalda solo se alimentaba mas y mas cada vez, no podía hacer nada, no tenia como alejarlo, le acababa de robar la paz en su cuerpo, su cuerpo se sentía morir y quería regresar a su pensamiento anterior, ignorar que no había nada en su espalda, pero simplemente no podía, su cuerpo le pesaba muchísimo más, sus pulmones se movían con tanta fuerza que golpeaban sus costillas haciendo que le doliera, su miedo tan fuerte continuaba creciendo, no entendía que debía hacer, no tenia que hacer, simplemente sufrir hasta que decidiera dejarla en paz, aunque en el fondo ella sabía que jamás se alejaría, que siempre estaría ahí para atormentar sus noches de sueño, susurrando a su odio cada cosa que la haría llorar del miedo, no estaba sola, nadie estaba solo.

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora