Cuerpo

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En una pequeña mesa podría verse un cuchillo afilado. La punta de este era tan filosa que podría cortar la tensión de aquella habitación en la que me encontraba, parada frente al espejo, un espejo que revelaba todo mi cuerpo cubierto por ropas normales, ropas que cubrían el inmenso asco y pena que tenia de mi propia vida. Mis ojos se movían de arriba abajo lentamente mirando a mi cuerpo, mi cara, mi piel, mi cabello. Entre el movimiento de mis ojos escuche un grito en la habitación de a lado, era un grito de dolor seguido por un grito de llanto y tristeza, no entendía el origen de aquel grito de alguna manera me erizaba la piel y provocaba que el corazón me latiera bastante rápido, sentía que de alguna forma reconocía aquel grito y no era la primera vez que lo escuchaba, mis pies se movían bastante pesados caminando por el frio suelo de madera esquivando como un baile los objetos que se encontraban en el suelo, mi respiración se volvía bastante pesada y se convertía en una respiración agitada con el simple hecho de acercar mi mano hacia la manija de la puerta, tocarla me dio un gran escalofrió junto a un sentimiento de miedo que haciendo que quedara fría como un cuerpo muerto, tan quieto como un cadáver y tan silencioso como mi llanto, me aleje rápidamente de la puerta para correr hacia mi cama donde tome rápidamente dinero de entre mis cobijas desarregladas y llenas de la carga penosa de mi vida.

Mis pies nuevamente se movían dando pasos más livianos, mi cuerpo entero se sentía más... tranquilo, la gente en la calle parecía ignorarme y de alguna forma me confundía, solía estar bastante asustada de salir a la calle por solo sentir las miradas de la gente con pena, con asco y tristeza como si no fuera suficiente la mía, debía sentir la de otros también. Ya en la tienda donde me encontraba para comprar lo que necesitaba me dispuse a caminar a paso lento y relajado dirigiendo mi mirada hacia las cosas que necesitaba, mis ojos se movían de arriba abajo como cámaras de seguridad parecían analizar todo bastante bien. Llegada la hora de pagar deje las cosas en la caja y saque mi dinero esperando a la cajera para que me dijera cuanto de mi dinero debía quitarme por algo de comida.

- ¿Cuánto debo pagar?...

Ningún sonido de la cajera salió de su boca y parecía estar ignorándome, con algo de valor abrí mi boca nuevamente y me dediqué a preguntar una vez más

- Disculpe... ¿cuánto debo pagar?

El silencio comenzaba a inquietarme y me pedía que saliera corriendo bastante lejos sin embargo no podía quedarme sin pagar, deje el dinero y me lleve las cosas para salir corriendo bastante asustada con mi respiración agitada y mi corazón amenazando con salir por mi boca de una forma literal que asustaba y revolvía mi estomago con asco, llegando a mi casa con un sabor amargo en mi boca caí de rodillas apoyada en la puerta donde solamente me dedique a descansar. Ya había pasado tiempo, me levante dejando las cosas que compre en una mesa nuevamente sentí un sabor extraño en mi boca pero esta vez sabia a... sangre, el sentimiento me asusto bastante y de una forma extraña que no comprendía me encontraba nuevamente frente a la puerta que tanto me inquietaba, mi cuerpo comenzó a sudar frio mientras miraba a la manija de la puerta y rápidamente la tome como un instinto y a pesar de sentir que mi corazón se detenía abrí la puerta, casi sorpresivamente note como la habitación era igual a donde yo dormía, la calma invadió mi cuerpo sin embargo mis ojos al viajar nuevamente notaron en el suelo un cuerpo atravesado con un cuchillo por el corazón y mi cuerpo comenzó a asustarse bastante, sin notarlo salí corriendo tomando en brazos a el cuerpo sin comprender quien era esperaba que estuviera viva en una desesperación tomaba su cabello, su rostro, sus manos y trataba de rogar que se quedara conmigo, unos pocos segundos después escuche a la puerta abrirse nuevamente alzando mi mirada pude notar que quien me observaba era yo, sus ojos grandes y penetrantes parecían perforarme la piel mientras me juzgaba en silencio, un miedo invadió mi cuerpo y un dolor en mi pecho se hacía grande sintiendo nuevamente el sabor a sangre en mi boca y mirando hacia el cuerpo que sostenía me di cuenta de que era yo... Su imagen bastante desgarradora del dolor con el pecho desgarrado por sus propias manos me hizo soltar lagrimas de tristeza, sintiendo el mismo dolor, el cuerpo en mis manos se desvanecía y mi cuerpo caía en su lugar, nuevamente quien me observaba tomaba mi cuerpo repitiendo mi dolor en un ciclo sin final de mi muerte comenzaba a comprender el por qué la gente dejo de verme al momento en que deje de existir. 

One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora