CAPITULO 4:

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Al acercarme se dio cuenta de mi presencia y voltio la mirada hacia mí, pude ver a una mujer muy hermosa, en sus ojos llevaba un color que tan solo mirarlos me transmitieron alegría, su cabello tan suave tan brilloso de color castaño y su sonrisa se podría decir que terminaba enamorando a cualquiera, me había quedado hipnotizado ante ella..


Hola tú debes ser el nuevo trabajador en la Hacienda.


Aa... Si soy yo que pena me distraje un poco, y tú eres la hija de Don Marcos el dueño de esta Hacienda.


Si soy yo, mucho gusto me llamo Alma.


El gusto es mío me llamo Leonardo -y le sonreí-


Desde ese momento me lleve muy bien con Alma claro que siempre hablábamos pero cuando tenía mis horas libres me gustaba mucho llevarle flores o invitarla al mirador y ver el cielo, poco a poco ambos empezamos a sentir algo el uno para el otro y nos dimos dicha oportunidad, en ese momento me di cuenta que ella era la mujer que me había enamorado el corazón, paso el tiempo hasta llegar ese momento donde le pedí matrimonio al principio no fue nada fácil por Don Marcos no confiaba en que yo era el tipo de hombre para su hija pero no me rendí y luche hasta ganarme su confianza y fue el mismo quien me otorgo la mano de quien se convertiría en mi esposa.


Y así hija fue como tu abuela Alma y yo nos conocimos nos enamoramos y nos casamos, fue un amor a la antigua pero fue una de las épocas más bonitas de mi vida.


EN LAS SOMBRAS DE TU AMOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora