Esperanza perdida

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Esos ojos verdes esmeralda

Jadeo y me abrazó a mi misma mientras veo la lluvia caer. Después de unos minutos, me levanto y tomo un libro sentandome en la cama

A veces solo quisiera tener una vida como la de las protagonistas de los libros, esas historias dónde hay mucho cliché y romance meloso, dónde está el chico malo que se enamora de la chica buena, dónde la chica buena es tan ingenua para no darse cuenta que el chico malo se está enamorando de ella. Y... Después tienen un noviazgo, se casan, tienen hijos y viven felices para siempre

¿Porque no puedo tener una historia así?

Dónde en el baile de graduación, en medio de la pista con una hermosa canción de fondo él te confiese: Creo que me estoy enamorando locamente de ti

Pero esta es la vida real. Una que es dura y dolorosa, dónde las cosas no son color de rosa, dónde las personas te lastiman, la vida real dónde hasta el chico malo sufre y carga con su dolor, dónde las personas ríen con los demás como si nada pasara en sus vidas pero al llegar la oscuridad en el interior de sus habitaciones se permiten desmoronarse y llorar. Porque este mundo no es como el que pintan en los libros, ese que tanto deseamos al sumergirnos en las letras, este es el mundo que nos hace poner los pies sobre la tierra y dejar de andar pensando en tonterías porque o si no la realidad te puede golpear con tanta fuerza que puede llegar a causar que te retuerzas del dolor

Una realidad dónde la protagonista de esta historia puede estar muriendo lentamente, que no se sabe si va a estar viva mañana. Dónde ríe a carcajadas cuando en realidad no son risas, sino gritos de dolor

Porque detrás de cada risa hay miles de lágrimas

Y la protagonista de esta historia tal vez éste enferma y por ello aleja a todos por no querer que carguen también con su dolor y sufrimiento. Mi madre una vez me contó una historia, una muy bonita que me sacó lágrimas.

. Hace muchos años existía una chica, una que reía como si nada cuando estaba acompañanda, pero cuando se encontraba sola, completamente sola, solo rodeada por el silbido del viento y las páginas ásperas de los libros que leía, ella se mostraba como en verdad estaba, ella estaba rota. Ella por fuera sonreía y por dentro lloraba, ella era como un hermoso diamante, uno que a lo lejos se veía brillante y perfecto, pero cuando lo veías de cerca, podías notar que su brillo estaba apagado y que tenía grietas, unas grandes grietas que dejaban a la vista su enorme dolor

Pero un día alguien llegó a su vida, con una sonrisa ladeada y ojos brillantes se acercó y logró sacarle a la chica una sonrisa genuina después de tanto tiempo, una hermosa sonrisa que demostraba que ella estaba feliz, pero aún así seguía estando rota y el frío de la soledad la golpeaba cada noche que regresaba a su casa. Al pasar del tiempo la chica se dió cuenta que se estaba enamorando de él, el chico le había dejado claro sus sentimientos por ella, pero ella... Ella sufría, porque aunque tuviera todos los lujos que ella quisiera, se sentía vacía, sus padres no estaban para ella y cuando les confesó que estaba enamorada de aquel muchacho, ellos solo la humillaron y le prohibieron volver a ver al chico.

Ella no quería que él sufriera y lo alejó, sin pensar en el dolor que le causaría, sin pensar que a él también le dolería. Porque no podían estar juntos, era como si él fuera agua y ella aceite, tan distintos que no podían estar juntos

Si cada uno de ellos dos fuese una estación, él sería esos veranos más asombrosos y ella esos inviernos más solitarios. Él era alegría y ella tristeza, ellos no podían ser, porque cada que lo intentaban algo sucedía

Pero él no se rindió y buscó la manera de estar con ella, ella por más que lo rechazó él nunca se dió por vencido, porque él la amaba y no la dejaría ir, así que un día él la fue a buscar y cuando la encontró. La encontró con otra persona, ella se iba a casar y ahí fue donde él se dió por vencido y dejó de luchar, él jamás dejaría de amarla y ella jamás dejaría de amarlo a él, pero la vida se empeñó tanto en separarlos hasta que lo logró, ella siguió regalandole sonrisas falsas a los demás mientras que por dentro moría lentamente y él siguió su vida hasta encontrar esa persona que tanto necesitaba para curar sus heridas.