CAPÍTULO IV: CAMINO

26 3 9
                                    

A veces no es fácil tener que satisfacer a las personas que se encuentran a nuestro alrededor, es más fácil poder mentir que lograr hacer aquello. Incluso por más que lo tengamos supuestamente todo no siempre nos llena, porque siempre hay algo que nos reprime de lo que verdaderamente deseamos obtener. La familia debería ser aquel vínculo que te dé ánimos de poder conseguir lo que tanto quisiste lograr o de lo que tanto anhelas, debería apoyarte en tus sueños no importa el camino que elijas pues tienen que estar para ti y para ello, para hacerte ver que el camino que elegiste sería el correcto; lástima que muchas veces no es así o ¿es que solo a mí me pasa? ¿por qué debemos hacer todo lo que digan nuestros padres? Digo, no estaría mal porque son los adultos y saben lo que está bien para nosotros, pero ¿tiene que ser así siempre? Nosotros también deberíamos decidir lo que queremos en la vida, lo que queremos estudiar, o en qué nos queremos desarrollar como personas, porque la vida se trata de eso de tomar decisiones ya sean buenas o malas para poder aprender de ello, de si nuestras elecciones son correctas o no. Yo solo quiero poder seguir mi camino, poder disfrutar de ello y sé que no será fácil pues nunca nada ha sido fácil ni siquiera aprender a caminar lo ha sido, entonces eso quiero seguir mi camino no importa que lo pierda todo, porque sé que con lograr lo que quiero podré crecer poco a poco y tenerlo finalmente todo, no hablo de riquezas sino de felicidad aquella felicidad que te llena eternamente por saber que lograste tu sueño, lograste seguir ese camino lleno de baches los cuáles supiste superar. Vivir 21 años tras las decisiones que impone mi padre, o a las que mi madre solo acata y hace que la cumplamos solo porque mi padre lo dice, no quiere decir que está bien, eso solo nos ahoga incluso más que el agua o más que un exceso de aire.

-Momoka, ve y dile a tu hermano que baje a desayunar, tu padre ya está en la mesa y sabes que no le gusta esperar.

-Bien madre ahora estamos ahí- la joven de 24 años fue en busca de su hermano menor y poder aparecer en la mesa como siempre.

- Yuta-kun, papá ya está en la mesa, sabes como se pone cuando uno de nosotros se demora- lo dijo con una rapidez y a la vez con temor de lo que pueda suceder si bajaban una vez más tarde.

-No tengo hambre, dile a mi madre que me dispense.

-Ah no, no lo permitiré, así que te levantas. Ya sabes como es nuestro padre, o desayunamos con él o nos va mal- yendo en busca de su hermano a la cama y tirar de sus sábanas para que este se levantase y poder cumplir con la orden de su padre.

- ¡Bien!, pero solo lo hago por ti y mamá, sabes que...- interrumpidos por aquel rostro de enojo de ese hombre alto.

- ¿Acaso ustedes son unos niños? - la voz del mayor resonó en la gigantesca habitación.

-P-padre...- la joven atemorizada- Y-yuta no se sentía bien, pero ya íbamos en seguida.

-Deberías estar listo, ¿acaso no tienes que ir a la universidad? Te advierto que si repruebas un curso te registrare en cursos de verano y puedas rendir bien. No tolero la tardanza, así que avancen- dijo aquellas primeras palabras dirigiéndose al menor y tocándose la sien, mientras este se alistaba.

-Si padre, lo tengo claro- con un desgano, como si ir a la universidad fuese lo más desgraciado que te suceda.

-Bien avancen, que tengo que ir a la empresa y no me gusta la impuntualidad, en 5 minutos deberían estar sentados en la mesa, aprendan de su hermano menor- dicho esto se pasó a retirar dejando a los dos jóvenes solos.

-Ni siquiera le importó si estoy enfermo o no, simplemente le importa esa maldita carrera- el menor de los hermanos lo dijo con tal notoria molestia que su hermana se acercó a él acariciando su espalda.

-Yuta-kun sabes que papá quiere que estudies...

-Si, la carrera que él eligió, no te digo que no quiero estudiar al contrario tú muy bien sabes que es lo que quiero, pero simplemente él lo arruina.

VOLAR LIBRE |YUWIN| <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora