Capítulo 1: La Revelación Interna
Percy Jackson se encontraba solo en lo alto de una colina, observando el horizonte con una mezcla de ira y resignación. El viento agitaba su cabello oscuro mientras sus pensamientos lo devoraban por dentro. Había pasado demasiado tiempo luchando, demasiado tiempo enfrentándose a enemigos que no cesaban de aparecer. Pero lo peor no era la lucha en sí, sino el hecho de que muchos lo veían como una mera herramienta, una espada que podía blandirse cuando fuera necesario.
"Eres un arma," esas palabras resonaban en su mente, dichas por quienes alguna vez había considerado amigos. "Fallaste," le decían otros, culpándolo por cada error, por cada derrota. Hades, ¿cómo podía un niño haber hecho más? Si hubiera sido más fuerte, si hubiera sido más rápido... Tal vez Bianca aún estaría viva, tal vez Zoé no habría muerto en sus brazos. ¿Pero era realmente su culpa? ¿Podría haber cambiado algo, o todo estaba predestinado?
Había quienes lo amaban incondicionalmente, sí. Annabeth, Grover, incluso su madre. Pero había otros que solo veían en él un error, un hijo de un dios que no debería haber existido, una aberración necesaria para su propia supervivencia. Percy se preguntaba si era cierto, si realmente era un error. Pero entonces, un pensamiento se abrió paso entre la niebla de dudas y autocompasión.
"No dejaré que nadie decida lo que soy o lo que puedo ser," se dijo a sí mismo con firmeza. "Yo seré el dueño de mi propio destino, cueste lo que cueste. No permitiré que nadie controle quién soy. Soy Percy Jackson, y quien diga lo contrario, que me enfrente."
Un Mundo de Traiciones
La vida de Percy siempre había estado marcada por la lealtad. Desde que descubrió su herencia divina, había luchado, no solo por sobrevivir, sino por proteger a quienes amaba. Pero con el tiempo, había comenzado a darse cuenta de que esa lealtad, ese sentido de deber, lo estaba consumiendo. ¿Qué había ganado con ello? ¿Un lugar en la historia? ¿La admiración de los dioses? No. Solo había ganado pérdidas, dolor y una carga que nunca había pedido llevar.
Miraba a su alrededor, y todo lo que veía era un ciclo interminable de traiciones y engaños. Los dioses, que decían amar a sus hijos, no hacían más que usarlos para sus propios fines. Los héroes que luchaban a su lado, muchos de ellos, lo hacían con la esperanza de ganar el favor de esos mismos dioses que no dudaban en abandonarlos cuando ya no eran útiles.
Percy recordaba a Talía. Si ella no se hubiera unido a las Cazadoras de Artemisa, ¿habría podido evitar la muerte de Bianca? ¿Habría sido capaz de salvar a Zoé? Tal vez. Pero esas eran preguntas que nunca tendrían respuesta. Talía había tomado su decisión, y Bianca había pagado el precio. Y Nico... Nico, que había puesto todas sus esperanzas en él, solo para ver cómo esas promesas se rompían.
La Carga del Héroe
Con cada batalla, Percy sentía el peso de las expectativas sobre sus hombros. Sabía que todos esperaban que él fuera el héroe perfecto, aquel que siempre encontraba la manera de salvar el día. Pero Percy sabía que no era perfecto. Era solo un chico, un chico que había sido arrastrado a un mundo de dioses y monstruos, y que había hecho lo mejor que podía con lo que tenía.
Pero ya no quería ser el héroe de nadie. Ya no quería ser el salvador que todos esperaban que fuera. Quería ser él mismo, tomar sus propias decisiones, y dejar de vivir bajo las sombras de los dioses y sus caprichos. Quería ser libre, aunque eso significara enfrentarse a aquellos que lo habían puesto en ese camino.
Percy pensaba en Annabeth, en su relación con ella, y en cómo ambos habían sido moldeados por el mundo en el que vivían. La amaba, eso era cierto, pero también sabía que su amor estaba lleno de complicaciones, de expectativas no dichas y de decisiones difíciles. ¿Qué pasaría si decidiera apartarse de todo? ¿Si dejara de luchar por un destino que no había elegido?
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"Percy Jackson: La Carrera contra el Destino"
Randomsin spoilers Derechos al autor de Percy Jackson : Rick Riordan