Desvelos

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-Te amo, está bien lo dije. Te amo lo suficiente para entender que mereces algo mejor que yo- Jake me grito con lágrimas en los ojos. Podía ver como sus manos se habían vuelto puños. Era la primera vez que lo veía llorar. El era alguien que no demostraba cuando sufría por algo, pero allí estaba vulnerable. – A veces el felices no es para siempre. -

Yo tenía la garganta seca no sabía que decir él tenía toda la razón, el amor que nos teníamos nos hacía más daño que bien, pero aun así quería estar con él. Por más egoísta que fuera no quería perderlo no de esa manera. El en cambio tenía planes diferentes, porque se dio la vuelta camino hacia la puerta, llevo su mano a la perilla de la puerta, aunque fue solo un segundo sentí su duda de salir, pero aun así la giro y salió a llevándose consigo todo lo que alguna vez pudo a ver sido lo nuestro.

-Jake, espera...- Esas ultimas palabra salieron como un susurro y ahí supe que todo había terminado, y no tuve el valor para ir tras él. Sabía que ir a detenerlo solo nos causaría más dolor.

Y el tenía toda la razón no siempre el ser felices es para siempre, pero el que pudo ser si duele un tiempo. Yodas las historias tienen un final, pero la nuestra ni comienzo tuvo.

Fin.

-¡¡¡ESTO NO PUEDE TERMINAR ASI!!!- Compre este libro hace un día, literalmente no había salido en todo el día ya que tenía la necesidad de acabarlo. Y el final que me dan es uno como este. Me niego a pensar que dos personas que se aman no pueden estar juntas.

Decidí dejar mi rabia y el libro en la mesa junto a mi cama. Lo apile sobre los últimos 5 libros que había terminado de leer en las últimas semanas. Amo leer es un escape de mi vida cotidiana. Cada historia, amor, lugar; el leer te hace sentir que vives todo eso. Y claramente desde la comodidad de mi habitación donde mi madre no podía regañarme por llegar tarde.

Me restregué ambos ojos, podía sentir el cansancio en ellos, resultado del tiempo que llevaba con mi vista en el libro. Cuando estuve decidida a poner mi cabeza en la almohada. Mi alarma sonó avisando que tenía que levantarme.

Maldición.

Escuche los pasos de mi madre subiendo las escaleras y abrió mi puerta encendiendo la luz. Esto me hizo cerrar mis ojos acostumbrados a la oscuridad de la habitación.

-Estás despierta ya, me alegro. Ya deberías comenzar a arreglarte o llegarás tarde a la escuela- Rápidamente salió de la habitación a levantar a su siguiente víctima, mi hermana en la habitación siguiente.

Genial, ahora estaré todo el día con sueño y enojo por ese final del libro. Me levante de la cama llevándome conmigo una de mis sabanas la cual cayó al suelo y no me moleste en levantar.

Siempre me pasaba lo mismo cuando me obsesionaba con un libro, me digo un capítulo más y terminó con sueño, hambre y a veces un corazón roto. Después de un baño rápido, me vestí tome mi mochila y baje al comedor donde ya estaba mi hermana y madre desayunando, mi padre es el más temprano que se va en las mañanas por lo que usualmente solo lo veo en las tardes en días de semana.

-Ya era hora Kara te tardas más y me comía también tu desayuno- dijo mi hermana mientras arrastraba lo que era mi plato hacía ella. Mi hermana era un año menor su tarea principal era molestarme. Aun así, no sé qué haría sin ella.

-Tus manos lejos de mi desayuno si no quieres perder una- le dije mientras arrastraba mi plato de vuelta. Ella me contesto con una mueca y yo le mostré mi lengua de vuelta.

-Niñas no creen que es muy temprano para esto- mi madre se estaba tomando su sagrada taza de café mientras leía unos papeles suponía del trabajo.

Viviendo el CapituloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora