Capitulo 2

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Llegue a casa, estaba mamá esperándome con el almuerzo. Después de comer unas ricas lasagnas, nos pusimos a acomodar las cajas de la mudanza. Hacia poco que nos habíamos mudado a Santa Julia, es un pueblo muy tranquilo y tiene muy lindos paisajes. Tengo unos vecinos que son muy amables y atentos con nosotras, son dos ancianos muy agradables.

Cuando terminamos de acomodar todo, con mamá  nos sentamos a tomar un café y charlamos durante horas. Le conté de mi nuevo empleo y ella brincaba de felicidad.

Luego subí a mi cuarto me recosté sobré mi cama y caí en un profundo sueño. Al despertar mire el reloj y habían pasado mas de dos horas, recordando mi sueño pude notar que ese extraño joven estaba en el. Comencé a sentirme rara y no explicaba porque.

Bajé hasta la cocina a tomar un vaso con agua y pensar un poco sobre lo sucedido. Mientras observaba  a mamá que estaba hablando por teléfono. Su cabellera, llena de rulos rubios  y sus ojos color miel brillaban de felicidad, por nuestro nuevo hogar y oportunidades que vendrían. Termine el agua y me acerqué a ella, espere a que terminará de hablar,  mientras le sonreía.

- ¿Qué  pasa mi niña? - me sonrió un poco preocupada.

- Hoy conocí a un chico y acabo de soñar  con él -. Conteste un poco aturdida.

Ella me observó  algo sorprendida. 

-¿Donde lo conociste? - consiguió  decir

- Es guardaespaldas  de mi nueva jefa,  lo choqué cuando salía  de mi entrevista. - le contesté con tranquilidad.

- A de ser por el mismo  aturdimiento que tuviste en la mañana - respondió  muy segura de sus palabras.

Asentí y me puse a hacer la cena. Con mamá siempre nos repartiamos las tareas de la casa. A ella le toco lavar los platos.  Subí a mi habitación y me puse leer un libro hasta que caí en un profundo sueño.

Sonó la alarma eran las siete. Abrí los ojos y él  seguía en mis pensamientos. Me levanté,  me dirigí al baño y tomé una ducha.  Me puse un vestido turquesa con flores, que me llegaba hasta las rodillas. Recogí mi cabello en un rodete, maquille mis pestañas y coloqué  brillo en mis labios. Me puse las sandalias, tomé mi bolso y bajé a desayunar.

Cuando terminé, agarré  las llaves de mi coche, gracias a mamá ya tenia gasolina, subí  y me dirigí hasta mi trabajo.

Estacioné mi coche y cuando me acercaba a la entrada había un chico de unos 23 años, pelo negro, ojos café,  morocho y con un cuerpo de puta madre.  Tenía  un puesto de comidas rápidas. Me miro y sonrío amablemente.

- Hola señorita, ¿le apetece un café? -. Me dijo.

- Hola,  no le agradezco acabo de desayunar -. Le contesté  devolviendo la sonrisa.

Asintió y seguí caminando.  Cuando entre al centro de estética, él  estaba allí, con ese traje tan seductor y otra vez intercambiamos miradas.

La mañana fue agotadora muchas clientes y él  que seguía ahí intimidandome.  Llegó  la hora del almuerzo y salí  en busca del puesto de comida,  ya que no tenia tanto tiempo como para regresar a casa. 

- Hola de nuevo,  ¿qué me ofrece para almorzar? -. pregunté  amablemente

- ¡Ey! Tengo hot-dog, hamburguesas, pollo frito -. Contestó muy alegre.

- ¡Oh no!  Buscaba algo más  liviano -. Admiti un poco avergonzada.

- Tengo ensaladas de vegetales y zumo de naranja -. Dijo pensativo.

- Genial,  espero mi almuerzo  entonces -. Le sonreí  y me dirigí hacia adentro.

Mientras esperaba, platicaba con Karen mi compañera de trabajo. Es una chica muy agradable a simple vista,  tiene cabello castaño,  ojos color café,  con casi mi  mismo porte. Después de unos minutos,  una chica trajo mi almuerzo. Lucía muy  simpática, era pelirroja, ojos  color café y muy delgada. Se acercó a mí y me dejo el almuerzo, le pague y antes de salir saludó cariñosamente a Karen. Por lo que me contó son amigas desde siempre y esa chica, Guadalupe, es novia de Andrés, el vendedor de comidas. Gracias a Karen y sus charlas,  me puse  al corriente  con lo que pasaba allí.

Llegó la tarde, desafortunadamente el centro de estética abría tiempo completo, entró  Andrés con un café para él, que posaba muy serio en la puerta del despacho de Mirtha, mi jefa.  Cuando salió lo saludo como si fueran grandes amigos, Karen notó que los miraba y sonrío. 

- Augusto -.  Dijo muy divertida.

La miré con desconcierto y me sonreía.

- El guardaespaldas de Mirtha -. Comento con picardia.

Yo asentí haciéndome la indiferente.

Paso la tarde y antes de irnos, Mirtha salió de su despacho y él la siguió detrás. 

- Chicas ¡han hecho un gran trabajo! -. Dijo muy contenta.

- Gracias!! -. Contestamos en unísono con Karen.

- Pueden retirarse, si así lo prefieren-.  Ordeno de buen humor.

Asentimos y mientras yo iba en busca de mi bolso, note que Augusto no me sacaba la vista de encima y me sonrió, su sonrisa era muy seductora y perfecta.  Le devolví la sonrisa, un poco intimidada y me marché. 

Hola chicas en la multimedia le dejamos una imagen de Fernanda. 
En el próximo capítulo habrá muchas sorpresas.  Espero que les guste.  Comenten que les gustaría que pase !! Me ayudaran  :) besitos

Eso no es Amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora