Si las paredes hablaran

Capítulo 2

Al bajarnos del autobús fui donde me estaba esperando Emma con una cara risueña.

-Buena jugada amiga mia, tienes que enseñarme, a hacer eso, no entiendo como lo haces; Los miras, hablas con ellos un rato y te los tiras, tienes un don Melissa-.

-Puede que sí... no sé nena, y solo hablo con ellos, veo que cosas les gustan, si tenemos conexión, supongo que es fijarse en los detalles- le respondí quitando importancia al tema.

-¿Bueno me vas a contar que habéis hablado o te lo voy a tener que sacar con sacacorchos?- Emma se empezaba a impacientarse, su parte cotilla necesitaba información sobre el cotilleo.

-No ha sido nada especial, hemos hablado un poco de las clases, de dónde éramos y poco más; tonterías varias- saqué un cigarro y me lo puse en los labios- te dije que no, pero llevabas razón, va a ser que sí-.

Emma me miró con los ojos como platos y con la sonrisa más grande del mundo, se rió a carcajadas y me hincó los dedos en las costillas para chincharme.

La abracé por encima de los hombros y apoyé mi cabeza en la suya mientras andábamos en dirección al piso.

Esa tarde empezó a seguirme Sean en Instagram. Emma y yo nos pasamos toda la tarde viendo películas, fumando y hablando de nuestros cotilleos.

Emma pasaba por un mal momento con su ex, lo acababan de dejar y era la relación más tóxica que había visto nunca, para ser sinceros yo pensaba que sin él iba a estar mejor.

Durante la semana estuvimos ocupadas con trabajos aburridos, muchas películas y la inmejorable compañía de nuestro compañero de piso Mike y su mejor amigo Grey.

Decidí ir el fin de semana a ver a mi madre, como siempre muchas peleas por nuestro mal genio y muchos besos el último día, pero bueno ahora llegaba a la tranquilidad de mi piso.

Cogí el autobús hasta la estación del centro y luego un metro hasta mi piso, al llegar abrí la puerta cargada con las bolsas de la comida, la mochila y mucha ropa limpia.

-¡Hola! Ya he llegado Emma, Mike- grite mientras soltaba las bolsas de la comida en la cocina.

Emma entró corriendo en la cocina con los ojos brillantes y chillando.

-¡Mel! ¡Mel! ¡Mel!, tengo que contarte muchas cosas, no sabes lo que ha pasado este finde- hablaba tan rápido que no me daba tiempo a escucharla mientras soltaba las cosas.

-Cuéntame amor ¿Qué has liado ya?- le dije como broma mientras ordenaba las cosas en su sitio.

-Me he liado con Grey, aunque todavía no me lo he tirado, pero madre mía Mel, me tiene loca-.

-Toma la nena como se lo monta ¿Grey el alto de ojos verdes? Cuéntame con pelos y señales-.

-Bueno pues resulta que nos pusimos a hablar el viernes que vino a ver a Mike, y al final una cosa llevó a la otra y acabamos liandonos-.

Mi cara de asombro tenía que ser espectacular, sabía que esto no iba a acabar bien, y tragándome mi mal presentimiento le dije:

-Me alegro que estés tan contenta, ten cuidado y disfruta como si fuera la última vez corazón- después de todas las cosas que había pasado con el último capullo, no podía permitir que volvieran a hacerle daño de esa manera.

-Creo que tu también tienes algo que contarme zorrita- sin duda lo sabía, me puso su cara de ya sé lo que ha pasado pero quiero que me lo cuentes tú.

-Voy a dejar las cosas y te cuento- corrí hacía el cuarto deje la maleta encima de la cama y me fui al salón donde Emma se estaba liando un porro.

-Subí una historia Instagram y me respondió, estuvimos hablando sobre muchísimas cosas, hicimos un juego de responder preguntas para conocernos mejor y nena te puedo asegurar que adoro a ese tío- le empecé a contar mientras yo me liaba otro- al final estuvimos hablando del examen que hicimos el jueves y como tenemos la recuperación y subida de nota este jueves, hemos quedado para comer cuando salgamos del instituto y después venimos a hacer el  examen-.

-¡NENA! Lo tienes hecho- gritó aún más emocionada que yo- ¿Cómo eres tan zorrita? Y te lo has tenido callado todo el fin de semana ¿Cómo has podido hacerme eso?- se puso en modo dramático clavándose un puñal imaginario en el pecho-.

-Anda ya, eres una dramática, pero tenía ganas de contártelo cara a cara, la verdad que toda la situación me da un poco de miedo, es como si lo conociera de toda la vida y por supuesto el a mi- eso era algo que no me gustaba mucho.

Estaba encantada con la conexión que teníamos Sean y yo desde el primer momento, pero por experiencia sabía que no era posible que fuera tan fácil y desde el primer momento había sido una hoguera con gasolina a la que le habíamos tirado una cerilla  para ver qué pasaba.

Pensándolo en frío una persona podía llegar a manipularte con solo el hecho de conocerte bien, saber tus gustos y manías, incluso tus hobbies dicen mucho de ti o el tipo de persona que eres.Por ejemplo, si te gustan los deportes colectivos tienden a ser más sociable y extrovertido con una mayor capacidad para ser solidario, en cambio los deportes individuales indican que eres una persona independiente a la que no le gusta dejar que su éxito dependa de otras personas.

Supuse que eran miedos que se tienen en todas las relaciones, sobre todo teniendo en cuenta el pasado tan desastroso que había tenido.

-De todas formas he quedado con Sam el martes, así que al salir del instituto me iré con él a comer y después para su piso, seguramente me quede a dormir pero el miércoles por la mañana nos vemos en clase- estábamos casi al final del segundo trimestres y no podía faltar más a clase o perdería el derecho a evaluación, y entonces sí que tendría un problema muy grande.

-¿Qué vas a hacer si lo tuyo con Sean se vuelve más serio?- Emma me miró con los ojos llenos de dudas.

Yo sabía perfectamente que me había puesto contra la espada y la pared; Si le decía que lo dejaría todo y a todos por estar con Sean no se lo tomaría bien, a principio de curso habíamos pactado que tendríamos un año inolvidable las dos juntas, como mejores amigas, y si le decía que no tendría nada serio con él estaría mintiendo descaradamente.