Introducción
Encaminé mis pasos para subir la escalera que conducía a la sala con ella pisándome los talones y riñéndome por ser una cobarde -aun con diecisiete años- aproveché la oportunidad que tuve casi llegando al tope de la escalera -sitio que yo consideraba seguro- y voltee a verla con mi mejor expresión de desagrado nervioso mientras cruzaba mis brazos a la altura de mi casi inexistente busto.
- ¡No! No planeo volver ahí, ni en cien años... esa nevera se abrió sola, y tu estuviste tan calmada... ¡Literalmente así comienzan todas las películas de actividad paranormal! Y termina con posesiones, gente muerta, maldiciones, etc. ¡Tienes que mandar a revisar ese lugar!
Señalé al fondo del sótano al tiempo que ella golpeaba mi mano para que no lo hiciera porque según me había dicho toda la vida "señalar es de mala educación" y lo podía escuchar claramente en mi subconsciente cada que hacía ese gesto;
inmediatamente ella contraatacó.- ¡No seas dramática! No es para tanto y no estoy poseída, tampoco quiero matarte o matar a nadie más. ¿Sabes cuantos casos paranormales reportados son en realidad falsos? ¡Muchísimos! Y nosotros tenemos uno real aquí, al alcance de nuestras manos...
Tal vez su psicología hubiera funcionado si yo no supiese lo suficiente de películas de terror como para deducir fácilmente que los fantasmas se le subirían a la cabeza en menos de un año.
- ¡Literalmente con ver esto me estas confirmando que todos los casos de películas de terror podrían bien ser ciertos! Emma, es peligroso... Me preocupas, no quiero que los fantasmas se lleven la conciencia de mi mejor amiga a dar un paseo al más allá y me dejen una loca psicópata que nos mate a todos, joda tu vida aquí, y luego me termine matando... ¡no lo sé, incluso puede que te mate a ti cuando recuperes la conciencia! Solo, déjalo estar y sube.
Sentencié finalmente algo cansada intentando dar por cerrado el tema, ella me miró de vuelta y entrecerró los ojos para luego negar con la cabeza y hacer todo el recorrido de vuelta al sótano, a su habitación.
Ahí vamos otra vez
Exhale pesadamente un sonido entre un "ugh!" y un "agh!" para luego taparme la cara por 5 segundos, probablemente estresada por su actitud.- ¡Literalmente también podrías estar ya poseída y por eso no te quieres alejar de ahí!
Antes de deformármela por la frustración, deje en paz mi cara y empleando todo lo que quedaba de mi sentido común -casi nada- bajé a perseguir a mi mejor amiga antes de que se meta a las fauces fantasmagóricas del sótano, otra vez.
- ¡Emma, por Dios!
Terminé de bajar las escaleras y la seguí con un paso dubitativo hacia su habitación. Su voz me llegó algo lejana desde el interior de la misma
- Sea lo que sea que este aquí, nuestro alboroto de hace unos días fue lo que lo causó... esto empezó el mismo día que estábamos arreglando mi habitación... así que en parte es nuestra culpa.
Para cuando terminó de hablar, ya yo había entrado nuevamente a su habitación y me senté en su cama para observarla mientras intentaba explicar el extraño fenómeno del que según ella éramos culpables.
- ¡No me importa si es mi culpa, o tuya, o del perro! No estamos obligadas a quedarnos aquí... ¿Sabes por qué no has visto morir a ningún Venezolano en películas de terror?
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Diana y la frontera del más allá
FantasyLuego de vivir diecisiete años de mi vida creyendo que mi mundo era un lugar normal y acogedor, mi mejor amiga Emma decide contarme que estuvo cuidándome durante todo ese tiempo del horror que me deparaba al finalmente cumplir los dieciocho