Prólogo

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Colombia, Casita Madrigal

Entre los escombros de una habitación oscura y llena de arena, se encontraba un hombre extraño, de estatura mediana y unos ojos un tanto perdidos.
Caminaba con gran desdén de un lado a otro. Murmurando palabras sin sentido, intentando encontrar una razón coherente a su turbación.

Bruno lo llamaban sus familiares, para otros solo era un brujo o un adivino de malahuero. Pero no se puede decir mucho de él, hace bastante tiempo que él mismo se desconocía.

Su don poco valorado por su gente, lo hacía preguntarse hasta que punto esto continuaría así. Pero ese desasociego que sentía era nada a comparación de la visión actual sobre su sobrina adorada; sin embargo hacia que el sentimiento de algo grande sucedería aumentase, pero la familia no podría saberlo. Ni siquiera la niña con largos cabellos negros y ojos expectantes que lo miraba con grandes esperanzas.

Ay del tío Bruno, que hombre tan extraño era, y que dulce su alma. Lastimosamente esa misma dulce alma guardaría otro secreto detrás de las paredes de la casita Madrigal.

Reino de Arendelle, Bosque de Trolls

Los reyes estaban asustados, esa no podría ser su hija. No podría ser otra maldición.

Gran Pabbie con aire tranquilo suspiraba pesadamente, cuestionando en silencio las palabras de los reyes pero sin decirles nada al respecto. Él no comprendía porque sería una maldición aquella extraña visión, pero no era de extrañarse. No todos contaban con su sabiduría.

Los reyes le pidieron a Gran Pabbie que dibujara la visión en un pergamino. Ellos querían encontrar algún tipo de fallo o simplemente saber por otras fuentes si existiría una respuesta para esa aparición confusa.

El troll sin hacerse esperar, hizo lo que los reyes le pidieron. Estos se fueron con aire apesadumbrado hacía el castillo donde sus pequeñas hijas dormían plácidamente.
Hasta este punto Elsa ya no convivía con Ana, por eso el castillo se ahogaba en un silencio sepulcral, seguido del viento helado que chocaba por las ventanas de este.

El rey Agnarr subió con pasos rápidos hacía la biblioteca. Sentía que debía buscar más sobre eso, debía haber más.

Pasó noches enteras después de aquel día intentando encajar el porqué de su pequeña Elsa. Hasta el último día de su vida busco entenderla.

Y esa extraña visión se quedó perdida en un pergamino. En algún lugar de esa vieja biblioteca, en uno de los cientos de libros que el rey y la reina leyeron,  para poder entender aquello que existía en su hija mayor.

JACARANDA |Elsa x Isabela|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora