Otro día más

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"Con amor y comprensión se juntan las piezas de un corazón roto" 💔

Me clavé las espinas que tenía esa rosa, aunque muchos me lo advirtieron yo no les hice caso y les respondía: "¡Esa es mi vida y yo soy quien la goza!" Lo decía por fuera cuando por dentro estaba demasiado rota... Tuve que cambiar mi modo de pensar y terminé teniendo una vida feliz que nunca me imaginé. Gracias al amor y la comprensión, las piezas rotas de mi corazón que estaban extraviadas, con ayuda las junté.

Mi nombre es Jenny Adams, una chica de 17 años que sufrió mucho. Mi padre murió cuando era pequeña, mi padrastro me maltrataba, y las chicas que consideraba mis amigas se alejaron de mí. Sufrí bullying; se burlaban de mí por todo. Me enamoré y solo jugaron conmigo. Solo era una chica que quería estar bien y tranquila. Me la pasaba más que todo leyendo, jeje, ese era mi mundo: "La lectura". Pasaba horas leyendo y cuando lo hacía, el dolor y las penas se desvanecían. A veces cerraba los ojos e imaginaba una historia bonita con alguien a mi lado. Derramé muchas lágrimas y tenía muchos miedos e inseguridades. Me volví un poco antisocial porque temía que las personas me rechazaran como siempre lo hacían.

"Solo somos fuerzas juntas que se rompen" Beret-Coseme.

Ring... Ring... Ring...

-Suena la alarma-

Hay, otro día más. Ojalá pudiera quedarme dormida y nunca más despertar. -Bosteza- Los primeros rayos de sol se filtran a través de las cortinas de mi ventana, pero no traen consigo la alegría de un nuevo día, sino un recordatorio de la rutina que tanto me pesa.

Me levanto de la cama, sintiendo el peso del mundo sobre mis hombros. La puerta suena y sé que es mi madre, intentando despertarme una vez más. Tengo que ir a la escuela, pero no tengo muchas ganas. Allí es un poco duro para mí; no tengo muchos amigos ni tan solo a alguien con quien pasar el rato. Algunos dicen que soy rara solo porque soy diferente al resto. Me encanta leer, amo la escritura y la lectura. Me llaman cerebrito y a veces cuatro ojos porque uso lentes.

Es un poco duro, la verdad, porque no soy lo suficientemente fuerte para ignorar esas palabras duras que me lastiman. Me miro al espejo, tratando de encontrar en mi reflejo algún rastro de la fortaleza que tanto necesito. -Pone cara de tonta- Suspiro, resignada.

Me llamo Jenny Adams, tengo 17 años. Soy una chica de ojos grandes, cabello negro y piel blanca. Me mudé no hace mucho a esta ciudad porque mi mamá y mi padrastro iban a tener un mejor trabajo. Esta mudanza ha sido uno de los cambios más grandes en mi vida, y no ha sido fácil adaptarme. Cada día se siente como una batalla, y hoy no es diferente.

Recuerdo el lugar donde vivía antes, con las únicas amigas que creía tener. Fueron mis amigas desde los 8 hasta los 17, pero pasó algo con ellas que luego me dio ganas de mudarme e irme muy lejos. Aunque el cambio fue doloroso, no puedo evitar extrañarlas. Yo contaba con ellas, las amaba, y mi mayor dolor es que aún las amo. Sigo con la ilusión de que algún día volverá a unirse ese trío de amigas que, como el humo con el viento, se esfumó.

Solo las tenía a ellas, a nadie más. Ellas me escuchaban llorar, reír, leer y cantar. Eran mis mejores amigas. Una se llamaba Carol y la otra Karla. Éramos muy unidas. Recuerdo nuestros días juntas, las risas compartidas, y las lágrimas derramadas en confidencias. Cada rincón de mi corazón guarda un recuerdo de ellas, y cada día sin ellas es un desafío.

En fin, esa historia se las contaré después. Hoy no quiero ir al colegio. Tengo un plan: me vestiré y me escaparé al parque porque necesito un tiempo a solas. Esta semana ha sido dura y necesito reflexionar acerca de todo. Me pongo la ropa rápidamente, tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a mi mamá o a mi padrastro.

Curando tus heridas✨🌠💫Where stories live. Discover now