Capítulo 3: Mis nuevos roomies y una noche única.
Darius tenía su celular sobre su mano y ya había marcado el número que le había dado la señora Morgan, para llamar a la tal, Arlene. El teléfono sonó varias veces pero nadie parecía contestar a pesar que era un número fijo para todas las residentes de esa mansión.
El llamo dos veces más, hasta que le contestaron pero la única respuesta que recibió fue la respiración de alguien… o algo.
-“Um… ¿Alo?”—Pregunto extrañado porque no se escuchaba nada más que esa extraña respiración agitada.--¿Hay alguien ahí?
Mientras tanto, al otro lado de la línea.Arlene se encontraba sentada sobre su cama queen, con sabanas negras con estampados de esqueletos, perfectamente pulcras. Ella se estaba pintando las uñas hasta que alguien entro por la puerta. —“Arlene, si Flavian vuelve a preguntar por mí, dile que me tire del quinto piso, con tal de no verlo.”
-“Shh…Silencio Doll. Te escucharan del otro lado de la línea y además interrumpes la llamada.”—Comentó mientras seguía tranquilamente con lo que hacía. Pero Nicolette no miraba que Arlene estuviera atendiendo alguna llamada, hasta que la rubia se incomodó de las miradas extrañas y señalo hacia el suelo, en donde, se encontraba su perrito. Nicolette resoplo. —“Mini, aquí estas. Te andaba buscando.”—dijo mientras lo levantaba y quedaba el teléfono tirado sobre el suelo y mucha baba caía sobre este.
-“Oye, Déjalo que está hablando por teléfono.”—Ordeno Arlene, al ver que Nicolette ya se iba con el perro en sus manos. —“No tienes idea pensé que se había escapada, cuando en verdad, fuiste tú quien lo secuestro.”—Dijo Nicolette volteándose a ver a Arlene, con un tono amenazador y entrecerrando sus ojos.
-“El invadió mi espacio y andaba de espión entonces lo hice hacer algo útil y lo utilice como conejillo de indias para mis experimentos.”
-“¿Cómo hablar por teléfono?”—Le pregunto Nicolette incrédula pero Arlene simplemente negó con la cabeza tranquilamente y comento.—Le rasure la cabeza.—Doll resoplo de nuevo al ver que su perro tenía un hoyo en la cabeza.
—“Por cierto, Ocupare un animal para probarle electrochoques, si sobrevive me darán 1000 dólares así que ocupo que me lo prestes. Por ahora, puedes irte.”—Le Propuso la rubia en un tono relajado. —“Ni si quiera ocupas el dinero.”
-“Tampoco ocupo orines por toda la casa y no me vez quejándome, verdad. Además sería divertido electrocutar a tu perro”—Comento sonriente mientras miraba al perro como si fuese un pedazo de carne.
Doll se empalideció, acurruco al perro entre sus brazos y se marchó,lo más rápido posible con todo y perro. Fue entonces cuando sonó el teléfono de nuevo y esta vez, Arlene si contesto. —“¿Bueno?”—Pero al ponerse el teléfono en el oído se lo lleno de baba de perro. Pensando en como se vengaria de ese pulgoso y luego se seco la oreja.
-“Buenas noches ¿Se encuentra Arlene?”—Pregunto una voz grave.
-“… ¿De parte…de quién?”—Pregunto la chica, lentamente. Ya que no reconocía esa voz.
-“Oye, yo pregunte primero. ¿Acaso tu eres Arlene?”
-“Tu llamaste así que identifícate, tarado. Si no te cuelgo.”—Le dijo ella a la defensiva, no era más listo que ella.
-“Soy Darius. ¿Me puedes pasar a Arlene, por favor?”
-“…Darius.”—Dijo en un tono dubitativo. —“¿Se conocen?”—Pregunto tomando una libreta y un muñeco de felpa.
-“Eh…No lo creo. ¿Con quién hablo?”—Mientras él hablaba, la chica apuntaba en el muñeco de felpa el nombre del chico con un sharpie negro, sobre su estómago. Y en la libreta escribía al lado del nombre.
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Roomies
HumorImaginate una enorme mansion con una dueña de sentimientos oscuros y la única intención de hacer sufrir por medio del bullying a todas sus inquilinas. Sus cuatro inquilinas cada una con una personalidad totalmente contraria y dispareja a comparació...