05

318 44 14
                                    

La culpa estaba sobre ella ahora.

Sonriendo débilmente ante la pequeña figura que se acercaba a ella, fue que enmascaro nuevamente sus emociones; el ardor en sus mejillas por la impotencia y por el helado clima no se hicieron esperar, ni tampoco el contraste de unas manos sobre su torso.

Kahei había llegado a su apartamento de imprevisto.

Quería llorar, quería golpearse en el marco de la puerta y fingir su muerte.

Nada estaba bien.

— ¡Seulie!

— ¡Vivi!

La saludo con aquel apodo que una vez amo con toda su alma, ahora solo lo repudiaba. Se sentía sucia, una pecadora, una vil mentirosa conviviendo con un buen ángel que solo la amaba.

— ¡Sorpresa!

Sí que era una sorpresa, una un poco desagradable para ser realista.

— ¿Por qué siento que me interrumpí algo?

— Claro que no, s-solo recogía mi habitación. — rio de manera nerviosa, haciéndose a un lado para que la castaña pasara.

Sus pies se sentían pesados, su pecho comprimido por la tensión, así como el tic nervioso que empezaba a atacar su ojo derecho, nada estaba bien, Kahei había llegado en un pésimo momento.

Justo cuando redactaba una carta para romper con ella. La cual se encontraba en la barra de desayuno.

Debía esconderla.

— ¿Por qué tan temprano? — se sentó a su lado, causando que la mayor hiciera lo mismo.

Aquello fue lo único que pudo preguntar sin tartamudear por los nervios. Observó desde lo lejos la cocina, el papel doblado de la carta y también su taza de café. Trago duró y volvió su atención a Kahei, la cual observaba con devoción y una pizca de nostalgia cada parte del apartamento. Haseul sintió amargura en el estómago, la culpa o quizás el café tan ácido, estaban calando fuerte su cuerpo.

— Es hora de aclarar todo Haseul y quería hacerlo lo más pronto posible. — junto sus manos sobre su regazo y la miró directamente a los ojos. — Terminemos.

"¿Cómo?"

Abrió sus ojos conmocionada, parpadeo varias veces, como si eso ayudara a rebobinar el tiempo y escuchar nuevamente a Kahei, aunque, claramente si había escuchado todo.

— Es algo que ya se venía venir ¿no lo crees? — encogió sus hombros, levantándose y acercándose a la pequeña terraza frente a la sala.

Con un nudo en la garganta, sudor en la frente, camino detrás de ella. Haseul no sabía que estaba sucediendo, pero ahí estaba, confrontando de alguna manera u otra la situación.

Estaban rompiendo con ella.

— Kahei...

El sol reluciente la cegó por un instante, hace poco solo había oscuridad en el cielo, pero ahora salía brillando, casi como si este le brindará un rayito de apoyo en el rostro; sin embargo, volteando hacia atrás, todavía era de noche en cada rincón de la habitación, lo que le generaba miedo.

Un contraste de la realidad.

— Lo nuestro se está desmoronando poco a poco y creo que encontré la razón de ello. — se recargo en la barandilla, Haseul hizo lo mismo. Se miraron mutuamente.

"Soy yo."

— Quiero irme lejos, perderme, correr a cualquier lugar menos aquí. Lo que más necesito ahora es empezar de nuevo, lejos de todo y de todos. — apoyo su mano sobre la de la menor, sonrió intentando retener las lágrimas. — Hasta de ti mi linda Haseul. No quiero que nos lleguemos a lastimar, que tú me lastimes, que yo lo haga lo mismo contigo. Yo...

broken hearts | Loona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora