Parte uno

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Escrito por TalosLives para Daysleeper_95

Traducido por Shade Shaw Reilly

Hay días en los que cualquiera se despierta sintiéndose como una mierda y deseando que su vida fuera diferente. De vez en cuando eso ocurría, pero las cosas mejoraban y esos sentimientos desaparecían rápidamente, para la mayoría de la gente... Luego, algunos tenían que lidiar con esos sentimientos casi todos los días de su vida porque su vida era, de hecho, una completa mierda.

Para Loona, perro infernal de veintisiete años, era una sensación con la que despertaba cada día de su vida durante los últimos cuatro años: Abriendo lentamente sus ojos inyectados en sangre, a la demonio furry le había costado dormir de nuevo debido a que una ola de frío polar se había colado en el Círculo del Orgullo desde el Círculo de la Envidia. Con sólo una sábana sumamente delgada sobre su mohosa cama, combinada con la ausencia de calefacción por no poder pagar la factura durante tres meses, Loona se habría congelado si no fuera por su cálido pelaje... pelaje que mantenía sucio y amarronado durante toda la semana, ya que sólo podía permitirse el ducharse cada pocos días.

Loona respiró hondo y se esforzó por levantarse para dirigirse al cuarto de baño mientras evitaba las motas de polvo, las cajas y  envoltorios viejos de comida rápida y la ropa que había dejado por ahí, que olía a mierda... Y hablando de mierda, en el momento en que entró en el baño, se estremeció cuando su super olfato detectó un mojón gigante que su cliente había dejado anoche sin dignarse a tirar la cadena del inodoro; No valía la pena los trescientos pagados, sobre todo porque él quería hacerlo toda la noche al estilo perrito.

Al tirar de la cadena y esperando que no se atascara, Loona entró en su pequeña ducha y abrió el grifo. Se estremeció al sentir las gotas frías caer sobre su cara, pero se estaba acostumbrando cada vez más: El agua fría era mejor que no tener agua. Cogió la única pastilla de jabón y empezó a lavarse despacio, pero aunque después de esto quedara algo limpia, no quitaría la suciedad que sentía en su interior.

Hace años, si le hubieras preguntado a Loona cómo se vería a sí misma en su vida adulta, te habría dicho cualquier cosa que no fuera una puta.

Loona siempre se había enorgullecido de encontrar alguna forma de sobrevivir a una vida dura, incluso antes de que... él la adoptara. Ahora Loona había destrozado ese orgullo, ya que no tenía más remedio que tener sexo por dinero para poder llegar a fin de mes, e incluso así, no era suficiente. Sin duda su arrendador había dejado otro mensaje colgado diciendo que debía pagar pronto el alquiler ya atrasado de dos meses o de lo contrario la echaría, viéndose obligada a vivir en la calle.

...Otra vez.

Golpeó la pared del baño con el puño, gruñendo. Unas cuantas lágrimas resbalaron por su mejilla, mezclándose con el agua que caía sobre su cara y que no ayudaba a que se sintiera mejor... Nada en los últimos siete años la había hecho sentir mejor.

Y todo era su culpa.

(Siete años antes...)

¡¿Cómo que no me dejarás ir contigo a las misiones?!gritaba Loona a su guardián, Blitzø, que casi hizo una mueca de dolor ante su tono. Sin embargo, se mantuvo firme a pesar de los gruñidos sobre su rostro. ―. ¡Vamos, Blitz! ¡Creí que confiabas en mí para salir a matar humanos con ustedes!

¡Lo hacía hasta hoy!Le gritó Blitzø haciendo un pisotón mientras se cruzaba de brazos. ―. ¡Loona, casi haces que nos maten a todos con esa maniobra tuya! ¡Te dije que no dispararas hasta que estuviéramos todos en posición y no me hiciste caso!

La Loba regresa a casa (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora