Hace siete años, Loona atacó a Blitzø por rabia ciega y lo abandonó tras robarle y así vivir por su cuenta. Sus acciones terminaron mordiéndola en el culo años después: Obligándose a prostituirse, apenas puede comer y dormir por las facturas atrasad...
Lo primero que sorprendió a Loona fue que la empresa ya no estaba en el mismo edificio que recordaba inicialmente. En cambio, estaba en el centro de la ciudad, y no era sólo una parte de un edificio, sino que era el edificio entero. El logo de I.M.P., que no había cambiado un ápice, estaba en medio de un gran edificio de veinte pisos con cuernos de diablillo en la parte superior. Loona tuvo que comprobar dos veces si era real lo que tenía delante.
"¿De verdad la empresa ha tenido tanto éxito?" se preguntó Loona mientras entraba lentamente. En el vestíbulo había varios diablillos y demonios, tanto de bajo como de alto rango. Muchos de ellos llevaban trajes u otros atuendos elegantes, y algunos llevaban armas y equipo táctico antes de salir del edificio. Loona se preguntó si todos ellos eran asesinos o meros trabajadores intermedios de la empresa.
Loona se sonrojó cuando unos cuantos la miraron con las cejas alzadas y miradas severas... Sin duda parecía una vagabunda debido a su aspecto. Ya no llevaba su cabello con su estilo habitual, al no poder permitirse los medios para hacerse un tratamiento capilar adecuado. Ahora lo tenía largo y colgando cuál miserable trapero. Ya no podía permitirse ropa gótica y solo llevaba una simple camiseta y unos jeans andrajosos... Si llevara su antiguo atuendo, los demás sin duda la reconocerían.
Se dirigió a uno de los escritorios de secretaria, donde una dama diablilla de lentes color rojo estaba tecleando en su computadora antes de mirar a Loona con una ceja levantada. ― ¿Puedo ayudarle?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
―Estoy... estoy aquí para ver a Blitz.―murmuró Loona frotándose el brazo izquierdo.
― ¿...Quiere ver al Presidente de la compañía? No parece que tengas una cita.―inquirió la diablilla secretaria antes de resoplar. ―. Retírese antes de que llame a seguridad.
―...Soy su hija.―susurró Loona, lo que hizo que la dama se inclinara hacia atrás confundida. ―. O... al menos espero serlo...
―...Buen intento, pero por si no te has dado cuenta, no eres una diablilla. Así que, a menos que tengas algo más que decir, no te dejaré entrar.
Loona gruñó y se preguntó qué haría para que esta perra la dejara entrar... Entonces recordó algo de sus días de trabajo en I.M.P.: Una palabra clave que se suponía que sólo se daba a personas específicas para ver a Blitzø personalmente por asuntos importantes... Esperaba que que fuera la misma después de todos estos años.
Loona se inclinó hacia delante y clavó la mirada en la indiferente dama diablillo y susurró: ―Palabra clave: Spirit es el mejor pony. ―...Parecía haber funcionado para suerte de Loona, ya que los ojos de la secretaria se abrieron de par en par y su boca abrió un poco. Suspirando aliviada, se inclinó hacia atrás y le preguntó: ―. ¿Puedo verlo ahora?
―...El ascensor está a su derecha. Último piso.
...
La espera en el ascensor fue probablemente un viaje más largo de lo que se suponía, pero Loona sintió que se dirigía a la horca. Hacía siete años que no veía a Blitzø. Siete años desde que le hizo daño no sólo físicamente, sino probablemente también emocional y mentalmente. No hay duda de que él no se alegraría de verla, y Loona no iba a culparle ni un poco... Pero tenía que verlo y tratar de hablar con él. Aunque sea por unos minutos.
