Killian

4.9K 295 188
                                        

Notas Perversas (+18) 

Amara:

—Buenos días papá —saludé.

—Amara, no hay para almorzar, así que cuando vuelvas compra comida.

—Si papá —respondí y acomodé mí mochila.

Al salir de mí casa y caminé por el desordenado jardín, cerré el portón y fui directo a la parada del bus.

Saqué mí celular para continuar con la lectura de un manga que anoche dejé por la mitad. No logré avanzar más de cinco capítulos que el autobús había arribado. Me acomodé en el asiento y volví a mi preciada lectura. Carajo, este personaje se parece a él, a Killian. Mi tonto cerebro recordó lo que había pasado ayer.

Dios mío, ni siquiera pude darle mí número de teléfono por la vergüenza del momento, aunque de todas formas no debería pensarlo mucho.

Pero...

¿Por qué el quisiera salir con alguien como yo? ¿Por qué se fijaría en mi? 

¿Sería acaso una broma de mal gusto? No tiene cara de imbécil pero, ¿y si lo es?
Mi pecho se cerró al tan solo pensarlo, no puede ser. Me obligué a continuar el manga mientras el viaje transcurría y logré avanzar unos cuantos capítulos más, aunque para ser sincera, no logré concentrarme. 

(***)

—Good morning people —saludó la Miss mientras entró al salón.

Jodidas clases de Ingles, no entendía nada. Para ser sincera tampoco me esfuerzo para entenderlas. 

—Ilner llega tarde, otra vez —levanté mi vista hasta verlo, allí estaba, con cara de perrito mojado, intentando que la profesora pasara en alto otra vez su llegada tarde, no pude evitar sonreír. 

—Lo siento profe, le juro que esta vez si es la ultima.

—Siéntese o le informaré a su padre. 

El banco al lado mío esta vacío. Canalizo toda mi energía positiva para que se siente a mi lado.  

—Hola —susurró.

Gracias mamá. 

—Hola —saludé del mismo modo, mordiéndome para no reírme como tonta justo al lado suyo, se acerco y olió mi pelo. ¿Acaba de oler mi pelo? 

—Me gusta como huele tu pelo.

Menos mal que me bañé temprano. 

—Gracias —esta vez no pude evitar sonreír y sentir cosquillas en mi cuerpo por su cercanía. 

—También me gusta tu sonrisa. 

Me desmayo, me desmayo, me desmayo. 

—¿Y que más le gusta de la señorita Reid? 

La clase comenzó a reír, y por mi parte dejé de respirar. La profesora nos miraba con una enorme sonrisa sarcástica. Hermosa manera de empezar el día, y no, no es sarcasmo. POR SU PUESTO QUE LO ES. 

—A dirección los dos ahora. Hoy no estoy para sus jugarretas. 

—Fue mi culpa, lo siento. Iré yo solo.

Notas Perversas (+18) - MRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora